En primer lugar: ¡gra­cias por entrar aquí! Si estás aquí es porque te intere­sa este blog más de lo que pens­a­ba, así que es una gran noti­cia para mí. Con­sid­érame fan tuyo des­de este mis­mo momen­to.

Este espa­cio, como los comen­tar­ios de cada uno de los artícu­los que he ido escri­bi­en­do, es feu­do tuyo, apre­ci­a­do lec­tor. ¿Quién si no los lec­tores mantienen vivo un sitio como este? Esta vez ven­go a pedirte un poco más de ayu­da; más allá de cuan­do te pido que me dejes algún comen­tario con tu opinión. Un pelín más labo­rioso, pero que agrade­ceré enorme­mente.

¿Has encon­tra­do algu­na erra­ta en alguno de los artícu­los de esta humilde mora­da? ¿Algún enlace ya no fun­ciona? ¿Algo a lo que he hecho ref­er­en­cia es incor­rec­to? ¿Algu­na foto de las que ilus­tran mis líneas no car­ga cor­rec­ta­mente? ¡Ayú­dame a detec­tar ese error! Si es una erra­ta o frase inco­her­ente puede que el cul­pa­ble sea Titivil­lus, que siem­pre anda por aquí hacien­do de las suyas; si es cualquier otra cosa asumo mi respon­s­abil­i­dad.

Des­de el breve for­mu­la­rio que está tras estas líneas podrás avis­arme del error que has encon­tra­do para que pue­da solu­cionarlo cuan­to antes. ¿Has vis­to qué fácil? Con esto ya habrás hecho tu obra bue­na del día, y podrás irte a dormir con la con­cien­cia tran­quila. 😛

¡Muchas gra­cias!

Por cier­to, si lo que quieres es pon­erte en con­tac­to con­mi­go por cualquier otra cuestión este no es el lugar. Pin­cha aquí para eso: con­tac­to.