Reseña: Pídele papeles a Santa Simpa, de Martín Zeke Ochoa
5-XI-2016

Pídele papeles a Santa Simpa, de Martín Zeke Ochoa
Páginas: 430 ISBN: 9788490959503
Comprar: papel ebook Editorial: Círculo Rojo ficha del libro
Sinopsis
Pídele papeles a Santa Simpa es la novela autobiográfica de un inmigrante clandestino en España. El protagonista nos lleva al Buenos Aires del estallido de la gran crisis argentina cuando, entre revueltas, conoce a Elina, una joven que está a punto de emigrar a Europa y con quien tiene una aventura de una noche. Atosigado de literatura oriental, a su lado sufre un delirio místico en el que cree recibir una revelación. De un día para otro renuncia a su empleo, vende todas sus pertenencias y vuela a España tras ella, en un arrebato que, más que amor, parece una excusa desesperada. Sin dinero ni trabajo, en Marbella se someterá a la yerma existencia que en Europa llevan los llamados «simpapeles». Signado por la exclusión, se sumergirá en esa sociedad paralela que en la costa integra a la “carne inmigrante” dentro de la industria del espectáculo. Allí entrecruzará su camino con una camarera filipina, una apátrida rusa, una argentina víctima de trata, una polaca bailarina a gogó y el hijo de un narcotraficante. Junto a ellos, tendrá que adaptarse a vivir en un ambiente regido por el lavado de dinero y la prostitución. Pero no pasará por todas estas penurias buscando una vida mejor, sino todo lo contrario. Está convencido de que, al sobrellevar las condiciones extremas que sufren los simpapeles, hallará el Satori del que hablan los taoístas. Cree que, al vivir la existencia de un extranjero marginal, encontrará el camino directo a la iluminación. Martín Zeke nos pinta el mundo de los clandestinos desde dentro y valiéndose de una naturalidad carente de toda retórica moral. Irónico y de ritmo febril, su diario consigue narrar en tono de comedia satírica una historia que, en realidad, en ningún momento deja de ser un drama. Más que una narración testimonial, es la crónica de una transformación.
Autor

Martín Zeke Ochoa es un argentino nacionalizado español, que vivió en la Península de forma irregular entre los años 2002 y 2009. Afincado inicialmente en la periferia de Marbella, trabajó como repartidor de correo publicitario, mozo de descarga, peón de altura, juntavasos y camarero de club nocturno. A partir de sus experiencias durante este período, publica su ópera prima: Pídele papeles a Santa Simpa (2015), el primer volumen de una trilogía sobre la clandestinidad actualmente en producción. Como activista del entorno social de la ciudad de Madrid, colabora con plataformas de apoyo a extranjeros ilegales y es impulsor del proyecto «El simpapeles digital», dedicado al estudio comparativo de la literatura en la marginalidad.
Opinión
Para empezar quiero decir que el libro no es lo que me esperaba. Diré sus cosas buenas, pero también las que para mí no han sido tan buenas. Y es que leyendo esa sinopsis, que era lo único que conocía del libro cuando empecé a leerlo, en mi mente se construyeron unos esquemas sobre el contenido del libro bastante diferentes a los que en realidad tuvo. Eso no tiene por qué ser malo, ni bueno; también puede no ser lo esperado y que te sorprenda para mejor. Pero en este caso para mejor no ha sido.
Antes de empezar esperaba leer un diario de un extranjero ilegal en España. Vamos, lo que se deduce de lo que nos promete el libro. Y aunque parte de esto hay, tengo la sensación de que es la mínima parte. Pensé que el autor nos relataría su día a día recién aterrizado en España, sus momentos difíciles, su dificultad para encontrar trabajo y con ello ganar dinero y poder tener una casa y comer, para relacionarse con gente nueva… ¡incluso con la ciudad! Un país nuevo, una cultura diferente, unas costumbres distintas. Los obstáculos que alguien extranjero encuentra cuando se va a vivir a otro lugar, y más aún sin tener su estancia legalizada, con todo lo que ello conlleva.
Y, aunque ya digo, que parte de esto hay, el autor nos propone un juego que se nos ofrece a las pocas páginas de empezar el libro; un juego mediante el que trata de que le conozcamos pero sin conocerle, de que se nos presente y sepamos más acerca de sus primeros días en este país, pero llevándonos por caminos que no conducen hacia lo que querríamos saber, y que, creo, él sabe que querríamos saber y conscientemente nos lleva por otros lados. Hay páginas enteras, y ya hacia el final incluso capítulos enteros, en los que únicamente describe o nos deja inmersos como testigos de una conversación que mantiene consigo mismo, un monólogo. Puede pasarse párrafos describiendo cualquier cosa, desde una mujer que lleva puesto un vestido tradicional andaluz, cualquier persona que se tope por la mañana en la calle nada más salir al portal de su casa y casi que con las legañas todavía en los ojos, hasta los carteles o letreros que hay en las calles, o incluso una idea o un pensamiento. Y si sintiera que tales descripciones son necesarias para el transcurso de la trama principal no me importaría, pero de verdad que no lo he sentido así.
En el libro hay bastantes personajes, con los que el personaje que entiendo que representa al autor convive durante más o menos tiempo en ese período de vida que se nos transmite con la historia, pero pese a lo sumamente bien descritos que están tengo la sensación de que salvo por escasas pinceladas la mayoría de ellos resultan ser bastante planos y sin demasiada evolución; me parece que el autor nos transmite cómo se sentía él, o el personaje que ha creado, quién sabrá, ante las personas que le hayan inspirado para crear a esos personajes. Y en esos monólogos internos, un tanto filosóficos, y entre divagación y divagación, no se nos presenta a los personajes como en realidad son sino que conocemos de ellos lo que el narrador de la historia siente o piensa de ellos sin siquiera conocer cómo son en realidad. Es algo muy extraño, y aunque no sé si consigo explicar bien lo que pretendo transmitir, quizá puede hasta ser más fácil entender esto que buscar, durante la lectura, una respuesta a la pregunta: ¿adónde querrá llevarnos el autor con todo esto?
Pese a todo lo anteriormente dicho no puedo decir que el libro no me haya gustado, pero creo que se le podría haber sacado un poco más de partido a la idea. Aunque yo no me considero quién para decir a nadie lo que tiene que hacer, quizá, dentro de unos años, si el autor tuviera que escribir en ese momento la historia, podría enfocarla de otra manera. Y creo que es mejor ser sincero en este punto porque siento que habrá más personas que piensen como yo y pueda ayudar a que sus próximos libros, si Martín lo estima oportuno, puedan escribirse desde un punto de vista distinto.
El libro tiene una prosa exquisita, el autor tiene una maestría narrando que muchos de los autores consagrados no tienen, tiene una amplitud de vocabulario bárbara, y con su forma de transmitir pensamientos e ideas hace que vayas deslizándote por las páginas como si estuvieras navegando en un mar en absoluta calma. Su estilo me ha recordado en bastantes ocasiones al estilo de Zafón por esa prosa que no sólo trata de transmitir sino además hacerlo de la forma más bella posible.
Su humor e ironía son palpables en ciertas partes de la historia, sobre todo cuando los personajes con quienes tiene que lidiar el protagonista le someten a preguntas o situaciones comprometidas; las réplicas del personaje principal me han hecho soltar alguna que otra carcajada, porque hay algunas situaciones que lo merecen; y además, con maestría, a esas réplicas suelen suceder atinadas contrarréplicas para que esa situación álgida no decaiga pronto. La pega, como ya dije anteriormente, es que algunas de estas situaciones pueden verse un tanto enturbiadas por esos largos párrafos en los que trata de descubrir su yo interior y ponerle rostro y nombre. Y entre medias, también, puede ver volar una mariposa y tratar de dibujarnos cómo es su vuelo. Esto no es real y no aparece en el libro, pero podría serlo.
Creo que Martín tiene talento para escribir, en este libro queda sobradamente demostrado, pero si se me permite un consejo: debería encontrar una forma más clara de especificar en la sinopsis qué se va a encontrar realmente el lector en el libro o escribir un libro acorde a la sinopsis dada. Porque si yo hubiera sabido a qué me atenía cuando fuera a leer el libro, con la maravillosa escritura que tiene, lo bien que se expresa, etc., este libro daba de sobra para llevarse la máxima puntuación.
No sé si no todos los libros son para todas las personas o no todas las personas son para todos los libros. O quizá sólo dependa de en qué momento se lee un determinado libro, pero supongo que en este caso no es tanto un problema del libro como mío y de lo que esperaba encontrarme en él.
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Por lo que cuentas, es un libro que no me convence. Lo dejo pasar.
Besos
La verdad es que creo que es un libro para un público bastante concreto, y leyéndolo sin tener del todo claro qué se va a leer, pues… Besos.
¡Hola! Pues la verdad es que no me llama mucho y no creo que me vaya a arriesgar a leerlo. Genial reseña como siempre ;).
Besos
¡Muchas gracias, Isa! El próximo que tengo pensado leer cuando saque un poco de tiempo creo que sí que te va a gustar. 😀 Besos.