g Feedly

Reseña: Los crímenes de la rue Morgue y otros, de Edgar Allan Poe

8-XI-2015

Los crímenes de la rue Morgue y otros, de Edgar Allan Poe

Los crímenes de la rue Morgue y otros, de

Pági­nas: 384 Edi­to­r­i­al: Edi­ciones Orbis ISBN: 9788475304304

Sinopsis

Dupin vive en París con su cer­cano ami­go, el anón­i­mo nar­rador de las his­to­rias. Los dos se conocieron por acci­dente mien­tras bus­ca­ban «el mis­mo raro y extra­or­di­nario libro» en una oscu­ra libr­ería de París. Esta esce­na y la búsque­da de ambos per­son­ajes para encon­trar un libro ocul­to sirve como metá­fo­ra para rep­re­sen­tar el des­cubrim­ien­to. A lo largo de las tres his­to­rias, Dupin recorre tres esce­nar­ios. En Los crímenes de la calle Morgue recorre las calles de la ciu­dad; en El mis­te­rio de Marie Rogêt está al aire libre, en un descam­pa­do; y en La car­ta roba­da, en un encer­ra­do espa­cio pri­va­do.

Opinión

Es intere­sante ten­er la opor­tu­nidad de leer las inves­ti­ga­ciones de Cheva­lier Auguste Dupin: el padre lit­er­ario de Sher­lock Holmes. Me encan­ta pon­erme en la piel de esas mentes bril­lantes, y com­pro­bar como de min­u­cias que pasan total­mente inad­ver­tidas para la may­oría, para ellos son los hilos que van tejien­do una enorme tela de araña com­pues­ta de pen­samien­tos, pis­tas e ideas fun­da­men­tales que les ayu­dan a resolver los casos más rocam­bo­le­scos que puedan exi­s­tir.

La edi­ción que leí recoge tan­to el rela­to Los crímenes de la rue Morgue como sus dos con­tin­ua­ciones El mis­te­rio de Marie Rogêt y La car­ta roba­da. Voy por partes.

Los crímenes de la rue Morgue

Tras el pról­o­go y la pre­sentación ini­cial el rela­to da comien­zo cono­cién­dose el bru­tal asesina­to de madame L’Espanaye y made­moi­selle Camil­la L’Espanaye —su hija. Lo úni­co que se conoce sobre este crimen es lo poco y con­tra­dic­to­rio que pueden apor­tar un puña­do de tes­ti­gos que en lo úni­co que se ponen de acuer­do es que oyeron hablar a dos voces difer­entes. La policía carece de pis­tas y lo dan por caso insol­u­ble. Y he aquí donde entra en acción nue­stro detec­tive mon­sieur Dupin, que tras unas breves inda­ga­ciones y unas cuan­tas suposi­ciones acer­tadas, y como por arte de magia a nue­stros ojos, con­vierte ese mis­te­rio sin resolver en un caso resuel­to.

El misterio de Marie Rogêt

El atrac­ti­vo de este rela­to es, sobre todo, saber que está basa­do en hechos reales; Poe cam­bia el esce­nario y el nom­bre orig­i­nal de la mujer asesina­da para que, aunque la his­to­ria sea la mis­ma, puedan difer­en­cia­rse y no se con­fun­da la real­i­dad con la fic­ción. Todo esto se orig­inó a causa de que el crimen orig­i­nal quedó sin resolver y éste fue un inten­to de Poe por dar noto­riedad al asun­to para ver si de algu­na for­ma con­seguía estim­u­lar a las autori­dades com­pe­tentes para que hicier­an su tra­ba­jo. Y según parece éstas se con­for­maron con las averigua­ciones del señor Dupin.

Se nota que éste es un caso real por la seriedad que toma la inves­ti­gación; es pre­sen­ta­do incluyen­do inclu­so recortes de per­iódi­cos de la época en los que se habla del caso en cuestión. En espe­cial, la parte en que Dupin anal­iza y selec­ciona estos frag­men­tos de las noti­cias de los per­iódi­cos para rebatir­las me fascinó; no podía parar de leer­lo.

La carta robada

En cuan­to a este últi­mo rela­to, cuyo nom­bre no deja mucho a la imag­i­nación, para pro­ced­er al robo de la car­ta en cuestión no media asesina­to alguno. Éste vuelve a ser ple­na­mente de fic­ción; y en él, el per­fec­to de la policía de París que ya se conoce de los dos ante­ri­ores relatos se pre­sen­ta en el estu­dio del sagaz Dupin pidién­dole con­se­jo acer­ca de cómo resolver el caso que le ocu­pa. Se conoce el con­tenido de la car­ta roba­da, se conoce al ladrón, pero no puede hac­erse públi­co por la posi­ción jerárquica que éste ocu­pa; la solu­ción es infil­trarse en su casa y con­seguir robar­le la car­ta al ladrón. El prob­le­ma es que la casa en su total­i­dad ya ha sido reg­istra­da por la policía sin éxi­to; que­da en manos de mon­sieur Dupin dar con ella y, seguro, la for­ma en que lo con­sigue no te la esper­arás.

En defin­i­ti­va, los tres son unos relatos muy amenos y entretenidos; son de lec­tura ágil y con una tra­ma que engan­cha e inci­ta a seguir leyen­do para cono­cer de qué man­era se resuelve la his­to­ria.

Sin duda cabe decir que Sher­lock Holmes es tan bueno porque tenía un buen espe­jo en el que mirarse. Bra­vo por el señor Poe y la inven­ción de este caris­máti­co Auguste Dupin.

¿Quieres ayudarme a reseñar más libros? Puedes pasarte por mi lista de deseos en Amazon. ¡Gracias!

Anímate, ¡deja un comentario!