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La literatura juvenil no merece tanta crítica

3-IX-2015

Parafrase­an­do al cono­ci­do refrán: dime qué lees y te diré quién eres… Creo que esta afir­ma­ción es errónea en la may­oría de casos; excep­to, por ejem­p­lo, que estés leyen­do Mein Kampf con una esvás­ti­ca tat­u­a­da en el pecho… en esa situación es posi­ble que ya este­mos legit­i­ma­dos para sacar con­clu­siones pre­cip­i­tadas.

A la lit­er­atu­ra juve­nil, así como con­cep­to glob­al y sin sep­a­rar unos sub­géneros de otros, se le está some­tien­do a una críti­ca furi­bun­da y, en mi opinión, muy poco jus­ti­fi­ca­da. Esta­mos acos­tum­bra­dos a que se lleve más el aparentar que el ser, a que uno se pre­ocupe más por el qué dirán que por hac­er lo que real­mente quiere hac­er en ese momen­to, a que se juzgue si no se hace o se pien­sa lo que social­mente está estable­ci­do como cor­rec­to… y entre tan­to tabú, tan­ta fal­sa apari­en­cia y tan­ta ton­tería choca que haya quien le importe un pimien­to lo que otros puedan pen­sar de lo que haga o diga.

La literatura juvenil no merece tanta crítica

Pro­ce­do, como si estu­viera en un grupo ter­apéu­ti­co, a con­fe­sarme: hola, soy Javi, ten­go 28 años y me gus­ta la lit­er­atu­ra juve­nil. Esta­mos en 2015, cada uno debería poder ten­er los gus­tos lit­er­ar­ios que le vinier­an en gana sin que ten­ga que some­terse a críti­cas por ello. Lejos debería haber queda­do eso de ir a la libr­ería y decir que el libro o cómic que tan­tas ganas tienes de leer es para un rega­lo, o para tu hijo, y que si te lo pueden envolver. Es cier­to que Ama­zon ha puesto las cosas más fáciles en ese sen­ti­do, pero pien­so que hay un mon­tón de motivos por los que quer­er hac­er com­pras de libros online y que ése no debería ser uno de ellos.

Dis­fru­to mucho leyen­do libros que teóri­ca­mente no son para adul­tos, en los que puedes encon­trar esce­nas, tra­mas y per­son­ajes tan com­ple­jos como muchos de los que puedan encon­trarse en libros cuya sec­ción se encuen­tra al otro extremo de la sala y donde no serás juz­ga­do si te parece intere­sante la sinop­sis de un libro. Tam­bién dis­fru­to enorme­mente con libros fan­tás­ti­cos ¡inclu­so infan­tiles! y de hecho una de mis sagas favoritas es de fan­tasía aunque, eso sí, en mayús­cu­las: El señor de los anil­los, de Tolkien.

Pero tam­bién dis­fru­to mucho con el género de ter­ror, por ejem­p­lo, con­sid­er­a­do para adul­tos; Stephen King es mi autor favorito de este género de todos los tiem­pos… y digo bien: de todos los tiem­pos; mis ini­cios en el género de ter­ror cuan­do era niño —y no digo siquiera ado­les­cente— fueron, entre otros, con el gran genio del ter­ror ¡y tan sólo era un niño! Alguno pen­sará que debe ser que me gus­ta ir con­tra­cor­ri­ente: de niño leyen­do libros de adul­to y de adul­to leyen­do libros de niño. ¿Y qué? Cuan­do pasas de un libro den­so no hay nada como pon­erse con uno que sim­ple­mente te haga pasar un buen rato y si puede sacarte algu­na son­risa mucho mejor; quien no haya exper­i­men­ta­do esa sen­sación, la del reírse, le recomien­do encar­e­ci­da­mente hac­er­lo… estar siem­pre odián­do­lo todo y con cara de vina­gre es muy malo para la salud.

Tam­bién, cómo no: dis­fru­to con los con­sid­er­a­dos como libros clási­cos. Que para no fal­tar a la ver­dad me cues­tan bas­tante más que el resto de digerir, por la for­ma de relatar de la época y que el lengua­je uti­liza­do no resul­ta tan famil­iar hoy en día.

Y ni leer un género lit­er­ario ni otro me legit­i­ma para criticar a alguien que lea, porque por el mero hecho de intere­sarse por la cul­tura y la lit­er­atu­ra ya tiene mi respeto; lea lo que lea. Hay clási­cos que me han pare­ci­do un tostón, libros de cien­cia fic­ción —que me encan­tan— que he aban­don­a­do a mitad por resul­tarme indi­geri­bles, y tam­bién como no podía ser de otra for­ma libros de lit­er­atu­ra juve­nil que son insul­sos has­ta reven­tar y que pueden hac­er pen­sar que sólo un Tele­tub­bie podría dis­fru­tar de su lec­tura. ¿Y aca­so toparse con un libro malo de un género con­cre­to hace que el resto de libros de ese género ya no vaya a gus­tarte y debas de huir de esa sec­ción para no regre­sar jamás? ¡Vaya estu­pid­ez! Hay libros buenos y mal­os en cualquier género; lo que hace que un libro sea bueno o malo para cada cual no es la temáti­ca del mis­mo sino si la for­ma de nar­rar, de describir, o el léx­i­co de ese autor es de nue­stro agra­do o no. Por eso mis­mo hay libros que para unas per­sonas son geniales y para otros son insufribles; el libro no cam­bia, cam­bia la per­cep­ción del que lee.

Fenómeno «BookTube»

Des­de hace un —largo— tiem­po hay un fenó­meno en expan­sión en YouTube: los lla­ma­dos book­tu­bers. Al igual que se hacen con otras dece­nas de temas, estas per­sonas com­parten y difun­den sus afi­ciones en común, en este caso: la lit­er­atu­ra. Y ello per se ya me parece loable.

BookTube

Son per­sonas, muchas de ellas tam­bién escriben libros, que han deci­di­do dedicar parte de su tiem­po libre en hac­er reseñas y recomen­da­ciones para procu­rar incul­car la afi­ción por la lec­tura a la gente en gen­er­al, sean jóvenes o no lo sean; porque en esto de leer, como en tan­tas otras cosas, la edad no impor­ta.

Y esta sem­ana se han puesto en boca de muchos debido a un pro­gra­ma de tele­visión sin ape­nas renom­bre, tele­visa­do en una cade­na autonómi­ca que, sin­ce­ra­mente, prác­ti­ca­mente nadie conoce, y pre­sen­ta­do por dos per­sonas a las que no se les conoce éxi­to en cam­po alguno y que segu­ra­mente como ésa sea la tóni­ca habit­u­al en sus car­reras pasarán por este mun­do lleván­dose en sus espal­das más pena que glo­ria.

En este lam­en­ta­ble vídeo podemos ver un pro­gra­ma que jamás debería haberse emi­ti­do. Y que habi­en­do sido emi­ti­do como fue, tan­to la cade­na como las dos impli­cadas deberían haber pedi­do dis­cul­pas públi­cas por seme­jante despropósi­to. En él se pueden ver dos chi­cas adul­tas —no men­tal­mente, des­de luego— ponien­do a cal­do a unas cuan­tas de estas per­sonas que for­man parte del fenó­meno book­tube. Que el úni­co daño que han hecho a este mun­do es instru­irse, leer, pon­er en fun­cionamien­to su cere­bro, pen­sar críti­cas de libros para reseñar una vez leí­do y pon­erse frente a una cámara para grabarse y ofre­cer­lo al mun­do para demostrar, entre otras cosas, que la tan mani­da afir­ma­ción de que los jóvenes no leen es una estu­pid­ez car­ente de cien­cia algu­na.

Para empezar toda esta gente a la que crit­i­can tiene mil veces más soltura hablan­do delante de una cámara que estas dos per­sonas: María González —a la que en pan­talla no ponen una sola tilde a su nom­bre— y Mara Avi —@MaraIslandia—; eso debería dar­les que pen­sar.

Empiezan crit­i­can­do a la pal­abra en sí: book­tube, y a lo que hacen: enseñar nuevos libros que se han com­pra­do, hac­er unbox­ings, val­o­rar si merece la pena adquirir ese pro­duc­to o no… debe ser que han vis­to poco de YouTube más allá de los vídeos de gati­tos, porque susti­tuyen­do un libro por cualquier otro obje­to esto no es más ni menos que lo que lle­va hacién­dose en YouTube des­de hace muchos años. Dice la chi­ca que «tiene muy acu­sa­do el sen­ti­do del ridícu­lo», que por eso «no se ve hacien­do vídeos en YouTube» y que toda esta gente «cuan­do pasen los años se arrepen­tirán de haber hecho estos vídeos». ¿Arrepen­tirse de fomen­tar la cul­tura? De lo que debería arrepen­tirse ella es de apare­cer en tele­visión dicien­do seme­jantes estu­pid­e­ces, que para ten­er tan acu­sa­do el sen­ti­do del ridícu­lo lo dis­im­u­la muy bien.

Mara se pre­gun­ta si se supone que son gra­ciosos; y no lo son, no son vídeos humorís­ti­cos ni pre­tenden ser­lo. Y parece que lo úni­co bueno que le ve es que mien­tras se man­ten­gan entretenidos ahí «no estarán drogán­dose ni roban­do por ahí», tela. Pero María todavía es peor que Mara, porque aunque ella ape­nas se moja opinan­do nada, cuan­do Mara no lan­za más críti­cas María ahon­da ponién­dose inci­si­va y lan­za pre­gun­tas inten­tan­do que hayan más críti­cas de donde parecían no haber­las.

Dan paso ya a las críti­cas per­son­ales; la primera víc­ti­ma es Fa Oroz­co@FaOrozco—, de la que lo más inteligente que dice Mara es que le parece gra­ciosa por el acen­to que tiene —ella es de Méx­i­co—. Es una de las youtu­bers más pro­lí­fi­cas en esta temáti­ca, con una muy bue­na edi­ción en sus vídeos, y por con­tra de lo que pue­da pare­cer no se ded­i­ca exclu­si­va­mente a subir un mon­tón de vídeos sobre libros a YouTube, tam­bién está cur­san­do una licen­ciatu­ra uni­ver­si­taria en lit­er­atu­ra.

Sigue anal­izan­do a Javier Ruescas@javier_ruescas, javierruescas.com—, licen­ci­a­do en peri­odis­mo y escritor de pro­fe­sión, autor de once nov­e­las y otros cuan­tos relatos más. Es del úni­co del que habla más o menos bien, con la salvedad que de un vídeo de pre­sentación —de uno mis­mo, claro— sacan la con­clusión de que es bas­tante ególa­tra, muy coher­ente todo. Aunque su pre­ten­sión es hac­er una com­par­a­ti­va restán­dole impor­tan­cia define su género lit­er­ario como «de fic­ción como El señor de los anil­los… de fan­tasía y fic­ción rara»; prob­a­ble­mente no sepa ni quién es Tolkien, y quizá ni siquiera sepa que Ruescas estará orgul­loso en lo per­son­al de que alguien, aunque sea sin ten­er ni idea de lo que dice, le haya com­para­do con el gran Tolkien.

Aho­ra le ati­zan a Sebas G. Mouret@sebasgmouret, El colec­cionista de mun­dos— lo más intere­sante que dicen de este chavalín es que hace lo mis­mo que ella pero en inter­net. Y no estoy para nada de acuer­do, porque a esas alturas del pro­gra­ma todavía sus comen­tar­ios no me apor­taron nada rel­e­vante, o tan siquiera intere­sante. Se ríen de que Sebas lea libros juve­niles como Har­ry Pot­ter, Los jue­gos del ham­bre, etc; no sé en su mun­do, pero en el mío me cuadra más eso para la edad que tiene que estar hacien­do una tesis sobre Anna Karén­i­na de Tol­stói. Entre la fun­da­men­ta­da críti­ca a Sebas tiene tiem­po inclu­so para criticar a Blue Jeans@franciscodpaula, La web de Blue Jeans—: autor de ocho nov­e­las, del que afor­tu­nada­mente no pare­cen haber encon­tra­do nada estúpi­do que decir porque tam­bién tiene canal de YouTube y no lo crit­i­can; quizá ni se hayan dado cuen­ta.

Con­tinúan con May R. Aya­monte@MayRAyamonte— demostran­do su niv­el des­de un ini­cio burlán­dose has­ta del nom­bre. Estu­di­ante uni­ver­si­taria de filología his­páni­ca y estu­dios ingle­ses, auto­ra de seis nov­e­las y var­ios relatos. Le crit­i­can que en el vídeo que mues­tran, donde se ve un tour por sus estanterías, que tiene un mon­tón de libros de lit­er­atu­ra fan­tás­ti­ca… ¿qué tiene de malo eso? que alguien me ayude con ese detalle. Crit­i­ca tam­bién el títu­lo de su primera nov­ela, sin siquiera haber­la podi­do leer bási­ca­mente porque no exis­ten ejem­plares de ella a la ven­ta y no está en inter­net, y le dicen que si tiene tan­tos libros con tan poca edad es porque no le man­dan sufi­cientes deberes en clase… Nivelón.

Y siguen crit­i­can­do por criticar, fomen­tan­do el odio y ridi­culizan­do aspec­tos banales de otros tan­tos youtu­bers más; que si tan sólo se pararan un poquito a pen­sar el valioso tiem­po que están per­di­en­do crit­i­can­do a los demás mien­tras esos otros se ded­i­can a hac­er algo pro­duc­ti­vo con sus vidas quizá se replantearían algu­nas cosas.

Llev­a­ba tiem­po que­rien­do escribir un artícu­lo de este tipo, en el que analizara las críti­cas sin fun­da­men­to que recibe la lit­er­atu­ra juve­nil sim­ple­mente porque se supone que el úni­co públi­co obje­ti­vo de estos libros son los jóvenes y se da por hecho que los jóvenes no tienen ni idea sobre lit­er­atu­ra y que no saben difer­en­ciar un libro con una cal­i­dad acept­able —sea del género que sea— de una bazofia. Y algo sí les ten­go que agrade­cer a esas dos indi­vid­uas del pro­gra­ma de tele­visión: haberme procu­ra­do un esper­pén­ti­co vídeo reple­to de tópi­cos absur­dos, que ejem­pli­fi­ca mis reflex­iones, y que parece hecho exclu­si­va­mente para ridi­culizar a per­sonas y estigma­ti­zar géneros lit­er­ar­ios de los que resul­ta evi­dente que tienen un pro­fun­do desconocimien­to.

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