Reseña: Instrumental, de James Rhodes
3-IX-2016
Instrumental, de James Rhodes
Páginas: 288 ISBN: 9788416290437
Comprar: papel no disponible en ebook Editorial: Blackie Books ficha del libro
Sinopsis
La música fue su salvación. James Rhodes fue víctima de abusos durante su infancia y su vida ha estado marcada por esa tragedia. Escuchar a Rajmáninov en bucle durante su adolescencia y descubrir el Adagio de Bach en un ala psiquiátrica le ayudó a combatir sus demonios y a transformar su vida. James Rhodes es uno de los más eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la música clásica. Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo. Instrumental son sus memorias, que vieron la luz en Reino Unido después de que el Tribunal Supremo levantara el veto que pesaba sobre la obra. Todo un tributo apasionado al poder terapéutico de la música y que aborda cuestiones fascinantes sobre cómo funciona la música clásica y sobre cómo y por qué puede cambiar nuestras vidas.
Opinión
Antes de nada unas aclaraciones: me gusta la música clásica, cuando era pequeño hice como que tocaba música clásica acorde a mis posibilidades durante el tiempo que estuve en una academia de música, no entiendo de música clásica pese a poder disfrutar escuchándola, salvo unas pocas excepciones no podría saber de qué composición se trata (ni quién la compuso) con sólo escuchar las notas, salvo que estén tocando fatal (como haría yo ahora mismo, por ejemplo) me sería imposible saber si alguien está tocando correctamente o no. No sé si esto le interesará a alguien pero creo que es importante decirlo para que sepáis mis conocimientos respecto a la música clásica, ya que buena parte del libro trata sobre ello… porque la vida de James Rhodes está ligada a la música. Y la de todos en general, aunque la mayoría nos conformemos únicamente con escucharla.
La primera vez que supe sobre este libro fue en la videoreseña del canal Libros de María Antonieta en YouTube; me llamó la atención, porque es imposible que escuchando la pasión con la que habla de los libros que le han gustado no me entren ganas de leerlos todos a mí también, pero pensé que quizá era un libro un poco duro y que, como tampoco estaba pasando por un momento ideal, quizá habría en el futuro mejor momento para darle una oportunidad. Más tarde leí la reseña de Bettie en Cuaderno de Retales, en la que también me lo recomendó en los comentarios. Y por último Elefante en la Red me recomendó insistentemente, conforme iba leyéndolo, que lo leyese yo también porque iba a gustarme mucho. Después de leer tanta reseña positiva en Goodreads y de las recomendaciones de las señoritas Bettie y Elefanta, que conocen mejor mis gustos literarios, no podía resistirme más y empecé a leerlo. ¡Y en qué buen momento!
La experiencia de lectura de este libro es excelente. Como la música tiene una parte importantísima en la vida de este concertista de piano, en las primeras páginas del libro se nos indica una lista de Spotify en la que se ha recopilado todas las obras que se van comentando a lo largo de la lectura. Y está genial, pero yo necesitaba más: necesitaba a James Rhodes tocando el piano para mí mientras leía sus palabras, así que como tiene sus seis álbumes disponibles para escuchar en Spotify, le di al play y me dejé llevar mientras leía. Gracias a Last.fm podéis descubrir en la imagen que muestro a continuación los efectos secundarios de leer este libro.
Creo que a poco que se consiga empatizar con el señor Rhodes es muy fácil engancharte a la lectura de este libro. Y pienso que no es nada difícil empatizar con este hombre, porque con todo lo que le ha pasado en su vida y pese a todos los momentos chungos por los que ha pasado ha tenido dos cojones para echar para adelante cuando muchas personas en su lugar se hubieran rendido.
Es un libro duro, sobre todo al principio; después se nota una mejoría: empieza a dedicarse a lo que le gusta y a hacer de su pasión también una profesión, además viviendo junto a la mujer a la que ama. Es además especialmente duro si te identificas con algunas cosas que cuenta o algunas cosas por las que ha pasado. Yo no he hablado por aquí de cosas que me sucedieron hace demasiados años, que por fortuna no guardan relación con su violación, pero sí han sido otros temas que me ocurrieron siendo pequeño los que han derivado a que durante mucho tiempo (y hoy también, para qué engañarnos) me pueda ver reflejado en muchas de las cosas que comenta, que siente, que piensa. Durante la lectura iba haciendo comentarios en Goodreads sobre lo que pensaba del libro, y en una parte especialmente identificativa dije que parecía una autobiografía (con muchas comillas, ya digo que lo de la violación no) escrita por otro. Y es que joder, llega a la patata.
La forma de expresarse de Rhodes es muy directa, cercana, coloquial… Y aunque no leí la versión original en inglés, encuentro que ha sido un excelente trabajo del traductor el captar la esencia y plasmarla en español de forma tan natural y directa que parece que el propio Rhodes haya aprendido español mágicamente y sea él quien esté contándonos todo acerca de su vida.
Rhodes se desnuda completamente aquí. Conocemos quién era antes de los sucesos trágicos, cómo fueron esos momentos, y cómo ese calvario lejos de disminuir hasta detenerse una vez los sucesos terminaron, todas esas inseguridades causadas, esa rabia contenida, esa impotencia, ese sufrimiento, ese no poder confiar en nadie… esa traición por parte de un adulto en quien se suponía que tendrías que confiar, que estaba para protegerte… pero que lejos de eso, no sólo no te protege sino que es él mismo quien te ataca. Es un cúmulo de sentimientos tal que es imposible que desaparezcan de la noche a la mañana, como si jamás hubiesen tenido lugar. Es muy jodido imaginándolo, así que a saber cómo de jodido debió de ser cuando él pasó por ahí.
Las violaciones y la pederastia son un tema tabú: todos sabemos que existen, pero nos dan tanto asco que preferimos mirar hacia otro lado, porque nos da hasta pudor y rabia hablar en público de estos temas. Y reconozco que a mí también, porque después de un caso así todavía reniego más de la especie humana; no sé qué clase de tarado mental puede disfrutar del dolor ajeno, pero todavía menos sé qué clase de aberración humana puede causarle placer estar haciéndole daño a un niño. A un niño, joder, que son la inocencia con patas. Que estás jodiéndole la vida para siempre, que eso no se va a olvidar. Que te irás al otro barrio, con suerte bien pronto, pero esa víctima seguirá días, meses y años con tu cara grabada en la mente, como la persona que le hundió la vida. Si de verdad eso te causa placer, te digo claro: estás tarado, defectuoso. Compra una pistola, y si quieres te la regalo yo, y pégate un tiro. El resto de la humanidad te estaremos, por fin, eternamente agradecidos. Freno que me caliento.
Ojalá este libro fuera de ficción; sería duro de leer igual, pero al menos quedaría la tranquilidad de que nadie tuvo que pasar por esas situaciones. Pero no lo es, es real. Y por eso mismo, creo, hace reflexionar más que si lo que estuviésemos leyendo supiéramos que sólo salió de la mente (quizá un pelín perturbada) del autor. Hace pensar en las consecuencias de los actos, en que querer no siempre es poder, en que cuando has pasado por un trance importante por más que creas que lo tienes controlado no siempre lo está, en que no es valiente quien no tiene miedo sino quien lo tiene y pese a ello tira para adelante, en que no se va a dejar de ser valiente por pedir ayuda cuando de verdad se necesita y se está seguro de que uno mismo no puede solucionarlo… y en que todo esto, pese a saber que es cierto y ser conscientes de ello, es muy difícil que deje de ser sólo teoría y podamos pasarlo a la práctica. Eso también lo aprendemos, o lo recordamos, porque en realidad eso sí lo sabíamos ya de antemano.
En resumen: un libro que recomiendo a todo aquel que quiera conocer una historia sobre pederastia y violación, que no le importe que se cuenten con detalle algunas situaciones que quizá prefiriésemos obviar. Un libro que recomiendo para quien no tenga demasiado interés por la música clásica, pero que se disfrutará mejor si al menos se le da una oportunidad a través de la lista de Spotify, y ya plenamente si además también te encanta la música clásica la mitad de lo que le apasiona a James Rhodes.
Yo no conocía al autor previamente, ni tampoco mucha de la música de la que habla en este libro, pero ha sido un placer para mis oídos haberla descubierto. Algo que me gustó mucho es poder escuchar, interpretado por él mismo al piano, el Claro de luna de Debussy: esta obra me encantó desde que la escuché, y de lo primero que hice es ver si podía tocarla para mí mientras leía su libro. Momentazo.
Tengo infinitas ganas de saber más sobre Instrumental Records. Y de que haya muchísima más gente acercando la música clásica a quienes no somos gente seria con un monóculo y que levanta el dedo meñique mientras toma té enfundado en un frac. Yo no puedo ir a conciertos de música clásica, y mucha gente humilde tampoco, porque sentimos que no es nuestro lugar: porque los precios son desorbitados, porque el público suele vestir de una forma que no atrae al público general, porque la clase social que se le supone a un evento de este tipo no está al alcance de muchos… y porque si ahorrando un poquito puedes conseguirte un asiento probablemente no tengas capacidad de audición suficiente para escuchar lo que se está tocando mediante medios naturales. Y James Rhodes hace una crítica feroz contra todo esto en este libro: contra el clasismo, contra el elitismo, y añado de mi cuenta pero que estoy seguro que, si me leyera, estaría de acuerdo: también contra el gilipollismo. Ojalá el futuro nos depare un montón más de Rhodes gracias a Instrumental Records.
Conociendo más a James Rhodes
Creo que no hay mejor homenaje que pueda hacerle al señor Rhodes, después de leer el libro, que recomendar a todo aquel que lea esta reseña que disfrute de La chacona de Bach y Busoni interpretada al piano por James Rhodes. Es la pieza musical que, cuenta, le cambió la vida. Y creo que puede apreciarse en la interpretación, con un mimo y cariño especial. No la conocía y aluciné mucho al escucharla. Me encantó.
Además, tiene un pequeño secreto este vídeo; después de leer el libro sabréis localizarlo fácilmente. En el libro se cuenta una de las manías que tiene cuando se pone delante de un piano a tocar, y gracias a los primeros planos de la cámara se puede apreciar. Una vez que se sabe qué es, no estar viéndolo casi todo el tiempo mientras lo hace creo que es misión imposible. Me ha gustado y me ha llamado la atención ese pequeño detalle.
Pros y contras
Mi super pro va para la valentía que ha demostrado tener al desnudarse de esa forma ante su público, por dar visibilidad a algo tan grave como la pederastia y las violaciones, por tratar de concienciar a la gente, por sobreponerse a sus demonios y denunciar a su profesor para tratar de que no pudiera hacerle lo mismo a otros niños durante más tiempo… Y por hacernos reflexionar a todos, por procurar un debate abierto sobre este tema, por intentar que se les caiga la cara de vergüenza a todos los que abusan de un chiquillo. Gracias.
Mi contra, que aunque a mí personalmente no me ha afectado puedo entender que haya personas un pelín aprensivas a quienes sí les afecte, es la forma detallada con la que se narran los momentos más duros que ha vivido James Rhodes durante su infancia y también durante su adolescencia y siendo ya adulto. Hay momentos que encogen el corazón, y una cosa es saber que pasaron y otra es que te los cuenten detalladamente. Y más sabiendo que sucedieron realmente. Pero también pienso que si no fuera contado de esta forma quizá no conseguiría de forma tan notable uno de sus propósitos a los que hago referencia en mi pro: concienciar, hacer reflexionar y abrir debate sobre dos temas tabús que aunque sean muy duros no por ello dejan de ser reales ni dejan de ser un problema que nos afecta en la actualidad y que conviene, por el bien de todos, erradicar. Como sea.
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¡Hola! He visto este libro por todas partes y tengo unas ganas inmensas de leerlo; pero como me suele pasa, tengo miedo de llevar las expectativas muy altas y que luego no me guste (aunque le intentaré dar una oportunidad muy pronto, seguramente).
El tema también me hecha para atrás porque no quiero deprimirme, pero es algo que como dices no deberíamos evitar sino solucionar.
Me ha encantado la reseña, ¡ya te diré que tal cuando lo lea!¡Un saludo!
Hay algunas partes chungas, no reconocer eso es una tontería. Especialmente una que tiene que ver con autolesiones. Más que por el hecho en sí, que también, por cómo lo cuenta, por cómo explica cada detalle; hace que te metas fácilmente en su piel y hace que te sientas tan mal como se tuvo que sentir él mientras lo hacía. Pero salvo escenas concretas, pues la historia es triste pero tenemos el consuelo de que todo va a mejor, y de que el final será feliz. Y sabiendo eso, sabiendo que ahora está lejos de todo aquello y que se dedica a hacer lo que le apasiona, pues es un poquito mejor todo. A ver si te animas y puedo leer tu reseña. ¡Un saludín!
Hola, Javi 😀
A mí tampoco me afectó personalmente en el sentido de decir: “Oh, Dios, qué insoportable, no puedo leerlo, bla-bla-bla”. Todo ese tipo de cosas. Pero sí me removió, y me hizo pensar.
Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Y la verdad es que te dan ganas de escuchar música clásica, pero fuerte. 🙂
¡Besos!
Es cierto que hay momentos concretos en los que sí se hace duro de leer, principalmente teniendo en cuenta que no es una historia de ficción, pero salvo eso pues es una historia triste pero con final feliz, tampoco como para coger el libro y lanzarlo por la ventana por no poder seguir leyendo más. La música clásica mola, yo la uso muchas veces como fondo cuando tengo que estudiar o hacer cosas que canciones con letra me despistarían, pero es que además si hay alguien que te cuenta cosas sobre su compositor, sobre lo que significa para esa persona esa música, etc… ¡Entonces es ya insuperable! Besos, señorita Bettie.
Veo tantas reseñas entusiasta que será cuestión de tiempo que me lo lea.
Un saludo.
Creo que la parte que de verdad engancha de esta novela es su pasión por la música: cuando habla de ella; ya puedes ser la persona menos melómana que haya en la tierra, da igual, lo importante es lo que él siente por ella, cómo le cambió la vida cuando la descubrió, lo que cuenta de cómo se siente cuando está frente a un piano. Las personas que hacen cosas con pasión, o que hablan (o escriben) con pasión sobre cosas, a mí al menos, siempre me atraen un montón. Y las palabras que este hombre le dedica a la música son geniales. Aparte, claro está, la forma en que supera sus problemas, cómo consigue salir del pozo en que se ve metido, etc. Creo que es un libro muy completo. ¡Estoy deseando de leer tu reseña cuando puedas leértelo! Un saludín.
Estoy iniciando su lectura y me tiene atrapado.
Pocas veces había leído textos sobre la música tan apasionados y llenos de conocimientos que en lo particular no sabía. Todo esto en tan solo cuatro capítulos que llevo leídos. Estoy seguro que ahora que he escuchado el concierto para violín solo en re menor de JS Bach aumento considerablemente mi sentir y mi pasión por la musica clásica. Recuerdo que me sucedió algo parecido cuando hace pico una amiga catalana Musica por vocación, me trasmitió su pasión por las suites para violonchelo solo también de Bach.
Por otra parte coincido en que es un libro tremendamente fuerte por la manera tan auténtica de revelar las atrocidades sexuales que sufrió Rhodes en la niñez.
Este tema causa sensaciones muy tristes y nada gratas. Confío que al terminar de leerlo me sume a los lectores que lo han aplaudido.
Muchas gracias