Reseña: Fulgor, de Manel Loureiro
12-I-2016
Fulgor, de Manel Loureiro
Páginas: 488 ISBN: 9788408138334
Comprar: papel ebook Editorial: Planeta ficha del libro
Sinopsis
La vida de Casandra es casi perfecta hasta el día en que sufre un extraño accidente de tráfico que la deja en coma. A las pocas semanas, y tras una recuperación milagrosa, Casandra descubre que todo su mundo ha cambiado por completo: alguien ha empezado a acechar su casa y a su familia y además sufre una secuela inquietante que no puede controlar. Atrapada en una espiral de violencia y asesinatos a su pesar, perseguida por las autoridades y por algo más que no es capaz de entender, Casandra inicia una huida desesperada que se puede cobrar un precio enorme: su cordura y su alma.
En Fulgor Manel Loureiro plantea un apasionante reto al lector: ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para salvar a los tuyos? ¿Qué sacrificarías de verdad? ¿Dónde están tus límites?
Opinión
El comienzo del libro es bastante imprevisible, pero ya deja ver que la historia va a ir de sucesos inexplicables y, por tanto, profundamente adictivos. Dos asesinatos, nada más comenzar, para ir abriendo boca; y además, en circunstancias extrañas, por ser comedido. Tras esto se nos presenta a una familia, en sus tiempos modélica, pero que ahora mismo no pasan por su mejor momento; entre los tres miembros de esa familia está Daniel: un inspector de policía, precisamente, el encargado de investigar esos asesinatos y algunos otros que iremos descubriendo conforme avancemos en la lectura.
Es una novela en la que al principio, salvo la mencionada violencia y la minuciosidad con la que se describen sus escenas de acción, no pasa nada importante en el transcurso de la historia principal; pero que una vez Casandra tiene el accidente y se completa su recuperación está todo repleto de pequeños detalles que en conjunto forman un todo y que hacen compleja la reseña de esta novela si lo que se pretende es no desvelar nada de importancia para aquellos lectores que no quieran encontrarse con un spoiler. No obstante, a ver qué puedo hacer.
Primero, los personajes:
- Casandra es la protagonista principal de esta historia: madre y psiquiatra a partes iguales; a las pocas páginas del inicio, como ya indica en la sinopsis, se ve involucrada en un «accidente» que si bien no es mortal queda en estado de coma de tal gravedad que por norma general, y en el mejor de los casos, muy pocos pacientes lograrían recuperar sus funciones con normalidad; y en el más común de los casos: acabaría muriendo en poco tiempo. Y en este caso nada de todo lo anteriormente dicho se cumple: no sólo no muere sino que al poco tiempo va recuperándose hasta prácticamente quedar como si jamás hubiese existido tal accidente… o eso es lo que ella quiere que crean los médicos.
- A Logan Dawson al principio de la historia no se le conoce; cuando Casandra se reincorpora a su trabajo, después de haber superado con éxito su milagrosa recuperación, se entera que es uno de los nuevos pacientes que han entrado al psiquiátrico en el que trabaja en el periodo en que ella se encontraba ausente. Es difícil contar algo sobre este personaje sin acercarse peligrosamente al spoiler, así que sólo añadiré que es uno de los pacientes considerados más peligrosos del centro de internamiento psiquiátrico donde trabaja Casandra y que, justamente, es a quien ella necesita para conseguir respuestas a las incógnitas que se le presentan con todo lo que está experimentando después de su milagrosa sanación.
- Los Oscuros son los antagonistas de la historia. Unos seres oscuros, en el más amplio sentido de la palabra; no en vano llevan ese nombre, que van en caza y captura del señor Dawson, y por consiguiente, de todos los que le rodeen. Son personas normales, aparentemente, pero capaces de sembrar el terror allá donde estén únicamente con su propia voluntad. Y como con Logan, me es difícil explicar mucho más acerca de esta gente sin hacer spoilers.
- Por último, por destacar a los más recurrentes, aunque sin trascendencia relevante en el transcurso de la historia —Casandra se las apaña bastante bien ella sola en ese sentido— tenemos a Daniel: el marido de Casandra y policía al que hacía referencia al inicio de esta reseña, que ha pasado de un servicio monótono y rutinario en la pequeña ciudad donde vive a tener que encabezar la investigación de múltiples asesinatos —quizá de un asesino en serie— que entre unos y otros van dejando repartidos por la ciudad; y Martín: la persona por la que de verdad late el corazón de Casandra, un pequeñajo de cinco años que vive al margen de todo, aunque le estalle a un palmo de sus narices, y para el que lo más importante es jugar a la videoconsola y leer algún cuento. Bendita inocencia de la infancia.
Una de las características de Casandra después de tener el accidente es su buena suerte, que más tarde se explica y se comprende a qué es debido. Desde la recuperación tras el accidente en sí, que ya es buena suerte quedar ilesa cuando cualquier médico la daría por muerta, hasta salir airosa de cualquier situación complicada a la que se enfrente, por difícil que pueda parecer; hasta el punto de que en muchas partes del libro tienes la sensación de suspense ya no en si culminará con éxito su propósito en ese momento sino qué hará para evitar que alguien se lo impida cuando lo más lógico sería que la pillaran «con las manos en la masa». Queda a criterio de cada cual discernir entre si éste es un pro o un contra. Para mí, una vez conocido durante la lectura el motivo al que se debe esa suerte —para quienes lo hayáis leído ya: escena de las monedas—, perdió la importancia que le di al percatarme de ese detalle si es que alguna vez tuvo en mi mente tanta importancia.
La historia es divertida, eso desde luego. De Manel Loureiro leí previamente la trilogía Apocalipsis Z, que me encantó, pero «me perdí» El último pasajero, a lo cual quiero poner remedio, por cierto. No sé cómo será este último libro, pero sí es cierto que Fulgor no guarda excesivas similitudes con Apocalipsis Z; no obstante sigo viendo en éste la esencia que me cautivó en aquéllos, y es que tiene una manera de recrear a sus personajes que te encariñas con ellos; y al igual que bajo ningún concepto quería que le sucediera nada al abogado y a Lucía, tampoco en este caso quería nada malo para Casandra.
Para mí el punto fuerte de este libro es sin duda la minuciosidad descriptiva del señor Loureiro; especialmente en lo que a respecta a escenas de acción o de violencia. No deja nada a la imaginación del lector: describe cada gesto, cada paso; cada golpe, disparo o puñalada que se dé; y de una forma nada tediosa, que más que convertirse en una lectura pesada, como sucede en algunas ocasiones, te llena de ganas de saber qué sucede porque estás frente a las páginas de tu libro como si estuvieras delante de una televisión de 60″ viendo en alta definición la película basada en el libro. Y es que nuestro Stephen King gallego se nota que ha leído mucho sobre todo esto antes de empezar a escribir.
P.D: Manel, saca una segunda parte. Mañana, a ser posible. Gracias.
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