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Reseña: El Zorro, de Isabel Allende

20-VI-2016

El Zorro, de Isabel Allende

El Zor­ro, de

Pági­nas: 384 ISBN: 9788497939157

Com­prar: papel no disponible en ebook Edi­to­r­i­al: DeBol­sil­lo ficha del libro

Sinopsis

«Ésta es la his­to­ria de Diego de la Vega y de cómo se con­vir­tió en el leg­en­dario Zor­ro. Por fin puedo rev­e­lar su iden­ti­dad, que por tan­tos años man­tu­vi­mos en secre­to…». Cal­i­for­nia, año 1790: empieza una aven­tu­ra en una época fasci­nante y tur­bu­len­ta, con per­son­ajes entrañables y de espíritu indómi­to, y un hom­bre de corazón román­ti­co y san­gre liviana. Llegó la hora de desen­mas­carar al Zor­ro. Isabel Allende resca­ta la figu­ra del héroe y, con ironía y humanidad, le da vida más allá de la leyen­da.

Opinión

Este libro empecé a leer­lo por recomen­dación de Bet­tie, de Cuader­no de Retales. Aquí su reseña y audior­re­seña.

Es una de esas reseñas que pien­sas: ¡madre! ¿Y aho­ra cómo cuen­to todo lo que me gus­taría sin dejar­lo todo reple­to de spoil­ers? Qué com­pli­ca­do. Casi cualquier cosa un poco intere­sante que se pue­da con­tar de casi cualquier per­son­aje es un spoil­er, por pequeño que sea, así que puesto a desve­lar algu­na cosa que no debería de ser desve­la­da para dis­fru­tar ple­na­mente de la nov­ela, trataré de conc­re­tar lo menos posi­ble y, en caso de que haya algún spoil­er, que sea de los pequeñi­tos, de esos que son con amor y sin ape­nas causar daño.

La his­to­ria se cen­tra en los comien­zos del Zor­ro, des­de un poco antes inclu­so de nac­er, sus tiem­pos de juven­tud en el con­ti­nente amer­i­cano, su ado­les­cen­cia en Barcelona y su pos­te­ri­or regre­so a su lugar natal ya sien­do el ini­cio de la leyen­da que todos cono­ce­mos. De toda esta eta­pa se conoce poco a través de los libros de John­ston McCul­ley, por lo que cabe destacar el tra­ba­jo que ha hecho en este sen­ti­do Isabel Allende aunque tam­bién cabe esper­ar de ante­mano bas­tantes lib­er­tades y exagera­ciones en algunos suce­sos que, como se indi­ca, han sido un tan­to ador­na­dos para con­tribuir a la mag­nifi­cación de la leyen­da, pero que en con­tra de per­ju­dicar a la his­to­ria le añaden un pun­to de par­ti­da más humano para que podamos sen­tirnos iden­ti­fi­ca­dos con él; y no se me ocurre nada más humano que un nacimien­to.

La voz nar­ra­ti­va de la his­to­ria no es la propia Isabel Allende, y durante toda la his­to­ria sólo se conoce que es alguien que cono­ció al Zor­ro y que escribe con plumas de gan­so y que si se le aca­ban deja de escribir porque pasa com­ple­ta­mente de escribir con cualquier otra pluma de baja cal­i­dad (enam­ora­do me hal­lo), pero no se sabe más has­ta dejar ter­mi­na­da la his­to­ria y lle­gar al final, donde se despe­jan las dudas. Que en mi caso fueron todas, no sé si es que no estuve muy avis­pa­do, pero no se me habría ocur­ri­do jamás quién podría estar nar­ran­do la his­to­ria. De hecho, has­ta llegué a pen­sar que quien la nar­ra sería alguien que le cono­ció pero que no había sido pre­sen­ta­do en la his­to­ria… algo tam­poco desca­bel­la­do, pero vamos, que lo pen­sé porque no me cuadra­ba con ninguno de los per­son­ajes de la his­to­ria.

La ambi­entación es bru­tal, te mete de lleno en la época (y lo que me hubiera gus­ta­do a mí vivir­la… siem­pre llego tarde a todo, pero ése es otro tema), e inclu­so algo que a pri­ori puede pare­cer insul­so y monótono como un via­je en bar­co (en uno de los de aque­l­la época, no los de aho­ra) no lo es y está reple­to de his­to­rias y momen­tos en los que notas como el via­je se alarga una bar­bari­dad y pien­sas lo duro y fati­ga­do que debería de ser embar­carse en uno de esos bar­cos a vela, depen­di­en­do del vien­to, y con un mon­tón de meses de trayec­to por delante en el mejor de los casos… en el peor acaba­ba rápi­do a causa de un saqueo de piratas, aunque esto últi­mo no ha cam­bi­a­do en exce­so… sólo que aho­ra tienen aún menos hon­or que antaño; antes iban arma­dos con acero y aho­ra con ame­tral­lado­ras automáti­cas. Han per­di­do roman­ti­cis­mo.

Sin duda es un libro que merece la pena ser leí­do. Es muy entretenido y ameno, y la for­ma en la que lo escribe la auto­ra es sen­cil­la­mente bril­lante; a veces no sabes si estás leyen­do una nov­ela o un libro de his­to­ria. Sobra decir que si John­ston McCul­ley hubiera podi­do leer­lo seguro que se hubiera sen­ti­do muy sat­is­fe­cho de lo hecho con su per­son­aje.

Características

Durante casi toda la his­to­ria mantiene una nar­ración omni­sciente, aunque la voz nar­ra­ti­va a menudo cobra pro­tag­o­nis­mo ines­per­a­do y expli­ca, comen­ta, crit­i­ca u opina en primera per­sona acer­ca de los acon­tec­imien­tos que tran­scur­ren durante ese momen­to en la his­to­ria. El libro está divi­di­do úni­ca­mente en cin­co partes, ningu­na de ellas cuen­ta con capí­tu­los; esta división por partes cor­re­sponde a cam­bios de esce­nario o saltos hacia ade­lante en el tiem­po. Los dos esce­nar­ios prin­ci­pales son la ciu­dad de Los Ánge­les (Cal­i­for­nia) durante los sig­los XVIII y XIX; y la ciu­dad de Barcelona (España) durante el siglo XIX. Al finalizar la his­to­ria hay un breve epíl­o­go en el que se dan respues­ta a algunos cabos suel­tos, entre otros, quién es quien actúa como nar­rador de la his­to­ria.

Personajes

Aunque es una nov­ela reple­ta de per­son­ajes, que todos tienen un moti­vo por el cual apare­cen y que le dan un val­or aña­di­do enorme a la his­to­ria, me voy a pro­nun­ciar sólo sobre unos cuan­tos, sobre quienes ten­go algo que decir.

Y el primero de ellos, cómo no, es don Diego de la Vega: el Zor­ro. Des­de un acon­tec­imien­to que pres­en­cia cuan­do nada más era un niño empieza a metérse­le en la cabeza que la vida no es jus­ta, que quienes tienen el poder no hacen nada para que ésta sea más jus­ta, y que no hay dere­cho que pasen las cosas que pasan. Es por ese mis­mo moti­vo que con­forme pasa el tiem­po cada vez pien­sa más que en ausen­cia de nadie que defien­da a los inde­fen­sos podría ser él quien se pre­ocu­pase por ellos y tratar de evi­tar cuan­tas injus­ti­cias encon­trase. Lle­ga el momen­to, ya pasa­da la ado­les­cen­cia, que deja de fan­tasear con ello y se pone a actu­ar; y es mi momen­to preferi­do de la his­to­ria, cuan­do debe de man­ten­er las apari­en­cias aristócratas sien­do un De la Vega, pero a la vez, cuan­do nadie puede recono­cer quién es, actu­ar de for­ma com­ple­ta­mente dis­tin­ta para ven­gar las injus­ti­cias que, como Diego de la Vega, pese a ser hijo de quien es, no tiene poder sufi­ciente como para evi­tar­las. Y para dejaros con un aper­i­ti­vo de esa lucha de per­son­al­i­dades opues­tas os pon­go una cita que, en pocas líneas, expli­ca todo esto mucho mejor que yo:

Has­ta ese momen­to no tenía con­cien­cia cabal de su doble per­son­al­i­dad, por una parte Diego de la Vega, ele­gante, melin­droso, hipocon­dría­co, y por otra el Zor­ro, audaz, atre­v­i­do, juguetón. Suponía que en algún pun­to entreme­dio esta­ba su ver­dadero carác­ter, pero no sabía cómo era, si ninguno de los dos, o la suma de ambos.

Bernar­do es el mejor ami­go de Diego, no son her­manos pero se han cri­a­do des­de pequeños casi como si lo fue­sen; y digo casi como porque Bernar­do es un nati­vo amer­i­cano y Diego es un hijo del impe­rio español. Y en esa época, todavía más si cabe que en ésta, las difer­en­cias entre clases eran abis­males; y en el caso que nos ocu­pa Diego, como aristócra­ta español, esta­ba en una de las más altas, y Bernar­do, como nati­vo amer­i­cano, o indio como despec­ti­va­mente les llam­a­ban, esta­ba en la más baja. Pese a ello Bernar­do jue­ga un papel fun­da­men­tal en la his­to­ria, según lo que Allende cuen­ta en este libro; a buen seguro, de no haber sido por él, Diego no hubiera lle­ga­do a ser como fue, y prob­a­ble­mente ni siquiera el Zor­ro hubiera exis­ti­do. Sobre todo es gra­cias a Bernar­do por lo que Diego se con­cien­cia de la injus­ti­cia de las clases sociales (y con el paso de los años cada vez recor­dará más episo­dios de su pasa­do, que en el momen­to con mente de crío le pasa­ban inad­ver­tidos, pero que después ya no y le hacen ser todavía más con­sciente de ello); algo, por ejem­p­lo, que Diego se nega­ba a com­pren­der es por qué él que­rien­do estu­di­ar podía hac­er­lo pero a Bernar­do, que­rien­do inclu­so más que él, no le esta­ba per­mi­ti­da la adquisi­ción de nuevos conocimien­tos ni la asis­ten­cia a cen­tros educa­tivos. Mini spoil­er: el señori­to De la Vega encuen­tra el modo de sub­sa­nar este error de la sociedad de aque­l­la época. Pero la parte más destaca­ble de Bernar­do tran­scurre en Barcelona, porque cuan­do Diego via­ja no va sólo, y es aquí donde con­sigue hac­er de Diego una per­sona más pru­dente, más paciente, más equi­li­bra­da… den­tro de lo que cabe. Bernar­do es sus ojos y oídos en las calles de Barcelona, para estar al día de todo y, de paso, para infor­mar­le de cuan­do ve una injus­ti­cia. No sería muy nor­mal ver a Diego de la Vega aden­trán­dose en bar­rios de dudosa rep­utación y hac­er pre­gun­tas, pero en cam­bio a un cri­a­do, que es en cal­i­dad de lo que él va a Barcelona (aunque sea mucho más), esto no es nada sospe­choso.

Después, Isabel de Romeu. Al prin­ci­pio, cuan­do Diego lle­ga a Barcelona y se pre­sen­ta lev­e­mente, no reparé mucho en ella, pero con­forme va tran­scur­rien­do la his­to­ria fue gustán­dome cada vez más y más has­ta alu­ci­nar con ella por com­ple­to… pero eso ya es algo que mejor des­cubráis vosotros cuan­do leáis el libro. Es una chi­ca espe­cial, con una bue­na posi­ción en Barcelona, con una vida aco­moda­da pero que… por cier­tos motivos, y sobre todo por su per­son­al­i­dad, se nie­ga a hac­er con su vida lo que esta­ba pre­des­ti­na­do para ella y para cualquier otra mujer de aque­l­la época: bus­car un mari­do de igual o supe­ri­or clase social, casarse y pasarse la vida tenien­do hijos y cuidán­do­los. Ella siente muchísi­ma más curiosi­dad por ver (e inclu­so prac­ticar) los entre­namien­tos de esgri­ma que hacen cada día Diego y Bernar­do; siente mucha más curiosi­dad que su her­mana por los bar­rios más mar­ginales, de los espec­tácu­los que en ellos se hacen y en gen­er­al encuen­tra muchísi­mo más diver­ti­da la vida de los dos chiquil­los de la casa que la que se supone que está pre­des­ti­na­da para ella. Es una chi­ca bra­va, con cora­je, con una per­son­al­i­dad muy mar­ca­da y con mucho carác­ter. Una chi­ca de todo pun­to ale­ja­da de la idea clási­ca que se tenía por aque­l­la época de lo que una mujer debía hac­er con su vida. Y en serio, qué mar­avil­la, cómo cam­bia, cómo se nota quién y cómo es en la adver­si­dad. Sólo por esa evolu­ción del per­son­aje ya merece la pena ser leí­do este libro. Y lo bueno es que hay mucho más allá de esto.

En cam­bio Juliana de Romeu cuadra per­fec­ta­mente, al menos en casi todo, con el pro­totipo de mujer de la época. Aten­ción, spoil­er: Y enci­ma me jodió mi shippeo con Diego, ¡habráse vis­to tamaño despropósi­to! Y mira que se esforzó el pobre ¿eh? Pero nada, no hubo man­era. Tan­to en la vida real como en las nov­e­las sue­len gus­tarme más las mujeres inde­pen­di­entes, con pen­samien­to pro­pio, que se salen de la nor­ma o de lo que se supone que está pre­des­ti­na­do para ellas, y aunque en algún momen­to ella se va al opuesto de esa vida que esta­ba prepara­da para ella, durante casi toda la his­to­ria no es así, por eso ape­nas empat­icé con ella.

Pros y contras

Un pro… ¿Puede haber un pro may­or que saber un poco más sobre este caris­máti­co per­son­aje? Aparte de esto, ya lo dije antes en el aparta­do de opinión, pero es que merece la pena reit­er­ar­lo: el tra­ba­jo de Isabel Allende con este libro es dig­no de loa. Está per­fec­ta­mente nar­ra­do y ambi­en­ta­do, la voz nar­ra­ti­va se rebela en difer­entes partes, toma pro­tag­o­nis­mo en muchas otras… son pequeños detalles que ayu­dan a que la his­to­ria no sea nada monó­tona. Es genial.

Aunque era lo que había en aque­l­la época y así es como se cuen­ta, para mí un con­tra muy grande es el abu­so de poder y el racis­mo tan bru­tal al que nue­stros antepasa­dos sometieron a los nativos amer­i­canos. No es jus­to de ningún modo que suce­da eso, y esto aquí se cuen­ta en bue­na medi­da. Más allá de Diego, en todo pro­ce­so de abu­so siem­pre exis­ten algu­nas (pocas) per­sonas que tratan de rebe­larse en la medi­da de lo posi­ble y hac­er lig­era­mente más fácil la vida de esas per­sonas someti­das, al menos has­ta donde el lava­do de cabeza al que todos eran someti­dos les per­mitía. Y aunque cono­cer a estas per­sonas está bien, no me sien­to nada cómo­do leyen­do estas injus­ti­cias des­pre­cia­bles de nues­tra his­to­ria.

Cita

La cita elegi­da para esta ocasión es un poco bas­tante spoil­er, porque deja poco lugar a dudas sobre quién es la voz nar­ra­ti­va de la his­to­ria; si no habéis leí­do ya el libro acon­se­jo no leer­la, pero me veo en la obligación de com­par­tir­la porque es sen­cil­la­mente pre­ciosa y lo merece.

Por for­tu­na no me enam­oré del Zor­ro loca­mente, como le ocurre a la may­oría de las mujeres al cono­cer­lo; siem­pre he man­tenido la cabeza fría con respec­to a él. Me di cuen­ta a tiem­po de que nue­stro héroe sólo es capaz de amar a aque­l­las que no le cor­re­spon­den, y decidí ser una de ellas. Ha pre­tendi­do casarse con­mi­go cada vez que le fal­la una de sus novias o se que­da viu­do —eso ha ocur­ri­do un par de veces—, y me he nega­do. Tal vez por eso sueña con­mi­go cuan­do come pesa­do. Si yo lo acep­tara como mari­do, muy pron­to se sen­tiría atra­pa­do y yo ten­dría que morirme para dejar­le libre, como hicieron sus dos esposas. Pre­fiero esper­ar nues­tra vejez con pacien­cia de beduino. Sé que estare­mos jun­tos cuan­do él sea un anciano de pier­nas enclen­ques y mala cabeza, cuan­do otros zor­ros más jóvenes le hayan reem­plaza­do, y en el caso improb­a­ble de que algu­na dama le abri­era su bal­cón y él no fuera capaz de trepar­lo. ¡Entonces me ven­garé de las penurias que el Zor­ro me ha hecho pasar!

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8 comentarios

  1. Te leo así *___________________*

    Me encan­ta que un libro que para mí ha sido tan espe­cial te haya gus­ta­do tan­to. En serio.

    Genial reseña, Javi, como siem­pre.

    Un beso muu­u­uy fuerte.

    (Ten­emos que hablar DEL FINAL xD)

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    • El final me pil­ló total­mente por sor­pre­sa, habién­do­lo leí­do ya, a toro pasao que se dice, pues tiene sen­ti­do, pero yo no me lo imag­iné en abso­lu­to. Bernar­do por un lado, Diego por otro y… ¡mila­gro! Y después el epíl­o­go, qué adorable. No sé si soy muy ingen­uo y se ve a leguas todo o qué, pero vamos, jaja. Muchas gra­cias por tus pal­abras, Bet­tie. Un besote. 😀

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  2. Después de la reseña de Bet­tie, yo tam­bién quiero subirme al car­ro y poder leerme El zor­ro de Allende algún día. Será mi primera nov­ela de Isabel Allende que lea. Además, ten­go ganas de nov­ela históri­ca de aven­turas.
    Por cier­to, desconocía quién fue el primer autor de El zor­ro…
    Un salu­do.

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    • ¡Hola! Tam­bién es mi primera nov­ela de Allende, y ojalá sea igual en el resto de sus nov­e­las, porque es super dinámi­ca y entreteni­da su for­ma de escribir. Seguro que dis­fru­tas del libro cuan­do lo leas; en gen­er­al el Zor­ro es un per­son­aje muy caris­máti­co y que tiene mucha chicha para sacar, y esto lo ha explota­do muy bien Allende. A ver qué tal tu reseña cuan­do lo leas. Muchas gra­cias por pasarte y por tomarte el tiem­po de comen­tar. Un salu­do. 😀

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  3. ¡Hola! Pues nun­ca he leí­do nada de Allende (¡muy mal Isabel!), pero ten­go muchas ganas de empezar y el Zor­ro es un per­son­aje que siem­pre me ha encan­ta­do (las pelícu­las de el Zor­ro eran mis preferi­das de pequeña, aunque dudo que ten­ga algo que ver con el libro).

    Gra­cias por la reseña, ya te avis­aré cuan­do lo lea y vea que tal: ¡espero que me guste tan­to como a ti!

    ¡Un salu­do!

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    • ¡Hola, Isa! Tam­bién yo es lo primero que leo de Allende, y la ver­dad es que ha sido un acier­to porque me ha encan­ta­do como escribe. La ver­dad es que en esen­cia es bas­tante sim­i­lar el Zor­ro de Allende al de las pelícu­las, la gran difer­en­cia es que en las pelícu­las, casi como por exi­gen­cia del for­ma­to, se cen­tran bas­tante más en las «peleas» y en el Zor­ro como per­son­aje adul­to, y en éste, aunque se puede ver hacia el final unas cuan­tas pince­ladas del Zor­ro que todos cono­ce­mos, se cen­tra muchísi­mo más en el peri­o­do de su infan­cia y juven­tud; que aunque ya tiene algu­nas peleil­las por ahí, es más bien algo secun­dario. Pero lo que es el carác­ter, el tem­pera­men­to, la ironía, etc, de las pelícu­las, es tal cual está en este libro. Ya me con­tarás, ¡espero que te guste! Un saludín. 😀

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  4. Bue­nas!!

    Ostras, he leí­do umm­m­m­m­m­m­mm (La casa de los espíri­tus, Eva Luna, Paula…) tres libros de Allende, quizá algún otro porque Retra­to en sepia me sue­na pero no sé si es que lo quería/quiero o lo he leí­do :S:S:S y quizá de los que me quedan de ella nun­ca habría elegi­do el de el Zor­ro, ¿por qué? quién sabe… quizá pen­sar que no nece­si­to cono­cer más sobre el per­son­aje o -sobreto­do- que sería un com­pen­dio de peleas y poco más, sin ningún interés… pero cuan­do he empeza­do ha leerte he vis­to que esta­ba equiv­o­ca­da, que real­mente no sabía mucho sobre su infan­cia, ado­les­cen­cia y como llegó a ser la figu­ra que todos cono­ce­mos… en fin, ten­dré que leer el libro, aunque sea al menos para poder leer la cita que has escrito y que me he salta­do para no ver quién hace la nar­ración, ya que al ser algo que te ha sor­pren­di­do, es mejor no saber­lo has­ta leer el libro!

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    • ¡Hola! Pues casi que lo que menos hay aquí son peleas, y no creas que no lo he echa­do de menos, porque de las pocas que hay me ha encan­ta­do cómo las escenifi­ca­ba Allende. Hubiera esta­do bien, como colofón, ver un poquito más allá… pero supon­go que no habrá queri­do meterse ahí, porque para eso ya están los libros de McCul­ley. Espero que si te ani­mas a leer­lo te guste tan­to como a mí. 😀

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