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El tallador de lápidas

27-V-2007

Escuchan­do Mile­nio 3 he podi­do escuchar una his­to­ria que me ha hecho reflex­ionar un poco, y creo que a mas de uno le iría bien leer­la. Aparte de lo que a cada uno pue­da decir­le, es bas­tante cier­ta y tiene una gran ver­dad escon­di­da tras ella. Aquí va.

En mi país, hay un cuen­to sobre un hom­bre que que corta­ba y tal­la­ba rocas para hac­er láp­i­das. Se sen­tía infe­liz con su tra­ba­jo y pens­a­ba que le gus­taría ser otra per­sona y ten­er una posi­ción social distinta.Un día paso por delante de la casa de un rico com­er­ciante y pen­só que le gus­taría ser exac­ta­mente como él, en lugar de ten­er que estar todo el día tra­ba­jan­do en la roca con el mar­tillo y el cin­cel.

Para gran sor­pre­sa suya, el deseo le fue con­ce­di­do y de este modo se hal­ló de pron­to con­ver­tido en un poderoso com­er­ciante, disponien­do de más lujos y más poder de los que nun­ca había podi­do soñar. Al mis­mo tiem­po tam­bién era envidi­a­do y des­pre­ci­a­do por los pobres y tenía igual­mente más ene­mi­gos de los que nun­ca soñó. Entonces vió un impor­tante fun­cionario del gob­ier­no, trans­porta­do por sus sier­vos y rodea­do de una gran can­ti­dad de sol­da­dos. Todos se inclin­a­ban ante él. Sin duda era el per­son­aje más poderoso y respeta­do del reino.

El tal­lador de láp­i­das que aho­ra era com­er­ciante, deseó ser como aquel alto fun­cionario, ten­er abun­dantes sier­vos y sol­da­dos que lo pro­te­gier­an y dispon­er de más poder que nadie. De nue­vo le fue con­ce­di­do su deseo y de pron­to se con­vir­tió en el hom­bre más poderoso de todo el reino ante quien todos se inclin­a­ban. Pero el fun­cionario tan­bién era la per­sona más temi­da y odi­a­da en todo el reino y pre­cisa­mente por eso nece­sita­ba de tal can­ti­dad de sol­da­dos.

Mien­trás tan­to el calor del sol le hacía sen­tirse incó­mo­do y pesa­do. Entonces miró hacia arri­ba, vien­do al sol que bril­l­a­ba en pleno cielo azul y dijo: ¡Qué poderoso es el sol! ¡Cómo me gus­taría ser como el sol! Antes de haber ter­mi­na­do de pro­nun­ciar la frase se había ya con­ver­tido en sol, ilu­mi­nan­do toda la tier­ra. Pero de pron­to surgió una gran nube negra, que poco a poco fué tapan­do al sol e impi­di­en­do el paso de sus rayos. ¡Qué poderosa es esa nube! – pen­só – ¡cómo me gus­taría ser como ella!.

Ráp­i­da­mente se con­vir­tió en la nube, anu­lan­do los rayos del sol y dejan­do caer la llu­via sobre los pueb­los y cam­pos. Pero luego vino un fuerte vien­to y comen­zó a desplazar y a disi­par la nube. ¡Me gus­taría ser tan poderoso como el vien­to!, pen­só, y automáti­ca­mente se con­vir­tió en el vien­to. Pero aunque el vien­to podía arran­car los árboles de raíz y destru­ir pueb­los enteros, nada podía con­tra una gran roca que había allí cer­ca. La roca se lev­anta­ba impo­nente, resis­tién­do inmóvil y tran­quila la fuerza del vien­to. ¡Qué potente es esa roca! – pen­só – ¡cómo me gus­taría ser tan poderoso como ella!

Entonces se con­vir­tió en la roca, que resistía inmóvil al vien­to más hura­cana­do. Final­mente se sen­tía feliz, pues disponía de la fuerza más poderosa exis­tente sobre la tier­ra. Pero de pron­to oyó un rui­do. Clic, Clic, Clic. Un mar­tillo gol­pea­ba a un cin­cel, y éste arran­ca­ba un tro­zo de roca tras otro. ¿Quién podría ser más poderoso que yo?, pen­só, y miran­do hacia aba­jo, la poderosa roca vió… al hom­bre que hacía láp­i­das.

Morale­ja: Muchas per­sonas con­sumen su vida entera bus­can­do la feli­ci­dad sin encon­trar­la nun­ca, sim­ple­mente porque no miran en el lugar ade­cua­do. Nun­ca podrás ver una pues­ta de sol si estás miran­do hacia el Este y nun­ca encon­trarás la feli­ci­dad si la bus­cas entre las cosas que te rodean. El cuen­to del tal­lador de láp­i­das te enseña que la feli­ci­dad no depende de lo que cam­bies en tu vida… sal­vo que te cam­bies a ti mis­mo.

¡Cada día me gus­ta más Mile­nio 3! :D

Este rela­to lo escribió orig­i­nal­mente , puedes leer más relatos, tan­to de mi propiedad como de otros autores, en mi sec­ción de relatos.

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2 comentarios

  1. kompany 3-X-2009

    esa morale­ja COPIADA ENTERA de un libro lla­ma­do “Los diez secre­tos de la abun­dante feli­ci­dad” copia has­ta la morale­ja!!! no se si lo sacaste de ahi o te dijeron en mile­nio 3 k era suya…pero el libro es de 1995…

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  2. Yo la escuché en un rela­to de esos que cuen­tan en Mile­nio 3. No sabía de quién era. Gra­cias por la infor­ma­ción. 🙂

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