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El pequeño Nicolás es un héroe

24-X-2014

Pequeño Nicolás

Esta es mi opinión per­son­al. Como tal, es sub­je­ti­va. Fran­cis­co Nicolás Gómez Igle­sias, o como todos a estas alturas le cono­ce­mos: el pequeño Nicolás. Para mí es un héroe. Es el primero de los de aba­jo que pone en jaque a los de arri­ba. El primero que en real­i­dad los pone en evi­den­cia, el primero que los cabrea; y que pese a que no haya cometi­do más deli­to moral que pre­tender ser quien no es —algo muy fre­cuente en esta sociedad en la que vivi­mos— no dudarán en descar­gar todo el peso de la ley sobre él por lo que ha supuesto para sus ya mal­tre­chas rep­uta­ciones per­son­ales.

Ha sido difí­cil ele­gir una foto de él en soli­tario y que no esté más pix­e­la­da que Minecraft. ¿Por qué? Porque para mí ninguno de todos con los que sale fotografi­a­do están a su altura. Pese a que todo eso sea lo que le haya vali­do estar donde está. Porque los ha deja­do en evi­den­cia y nos ha demostra­do que, en esen­cia, en este país da igual quién seas, qué hayas hecho con tu vida, qué hayas estu­di­a­do o de qué hayas tra­ba­ja­do; para ganarte un nom­bre y una rep­utación sólo nece­si­tas ser ami­go de; alguien cono­ci­do, de quien los que tienen más que ocul­tar que tú puedan fiarse porque si unos son delata­dos los otros tam­bién lo serán.

Estos engaños le han supuesto un poder adquis­i­ti­vo que para muchos quisiéramos; todo a cos­ta de burlar a quienes pre­sumen de no poder ser burla­dos. Le han brinda­do la posi­bil­i­dad de poder lle­var por un tiem­po el niv­el de vida de quienes, gra­cias a nosotros, ganan más en un día que la may­or parte del país en un mes; y que no con­formes con eso se empeñan en hundirnos cada vez más en una mis­e­ria que ellos des­de tan alto ni la atis­ban, los inso­lentes pien­san que cosas así sólo pasan en país­es del ter­cer mun­do.

¿Cómo voy a pre­tender mal alguno para alguien que ha con­segui­do tan­to? Alguien que se ha crea­do a sí mis­mo como le gus­taría ser; alguien con tan­ta clase y edu­cación que es dig­no de ala­ban­za entre quienes pre­sumen de ten­er­la pero que en su may­oría no la tienen.

Espero de ver­dad que, hacien­do gala de la inteligen­cia que ha demostra­do ten­er, se haya sal­va­guarda­do las espal­das y que los que lo úni­co que quieren es todo el mal para él ten­gan que con­for­marse con tra­gar bilis porque no puedan hac­er nada más. Que se haya destapa­do el asun­to le pri­vará de volver a lle­var una vida como la que llev­a­ba has­ta aho­ra y la con­fi­an­za de unos, pero seguro que eso no le exime de haberse gana­do la sim­patía de otros y que, sabi­en­do que den­tro de la cabeza tiene algo más que aire, no dudarán en con­fi­ar en él para otros asun­tos con los que no ten­ga que sufrir para lle­gar a fin de mes.

Mis respetos.

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