Reseña: El monte de las ánimas, de Gustavo Adolfo Bécquer
13-XI-2015
El monte de las ánimas, de Gustavo Adolfo Bécquer
Páginas: 10 Editorial: Dominio público ASIN: B006C9UUS0
Sinopsis
En la noche de difuntos, Alonso narra a su prima Beatriz la terrible leyenda que pesa sobre el monte de las Ánimas. Sin embargo, Beatriz insiste en que su primo regrese al maléfico lugar para recuperar la banda azul que ha perdido en una cacería esa misma mañana. ¿Superará Alonso por amor el miedo a los fantasmas que recorren el monte?
Opinión
Esto es lo primero que leo de Bécquer y estoy mirando ya con ojos picarones al libro de sus Leyendas, porque como todas tengan la calidad de esta joyita voy a alucinar leyéndolo.
Tras la lectura de La leyenda de Sleepy Hollow el día de Halloween, y quedarme un pelín despagado porque aunque el libro es muy bueno no era lo que yo esperaba para leer este día, me animé con este brevísimo relato de Bécquer que puedes leer en más o menos 15 minutos. Pero en realidad no necesita más para considerarse una maravilla plenamente representativa del género de terror gótico de la época; una obra made in Spain que presentándosela al público más joven, mediante su agilidad de lectura, lo concisa y directa que es, y su escasa extensión, creará más de un futuro lector amante del género. Y eso que ganaremos todos.
Desde la primera línea hasta la última la historia siempre va in crescendo; Bécquer consigue crear en este relato una atmósfera de angustia y suspenso brillante, está claro: ayudan a ello la breve extensión del relato, que no deja al lector tiempo para que la mente se disperse ni se centre en cualquier otro punto de la historia; desde el momento en que los primos empiezan a contarse la leyenda el uno al otro sabes que pasará algo —malo, concretamente— pero no sabes qué ni cuándo; y cuando se cumple el tópico de que los hombres hacen cualquier cosa, por estúpida que sea, para demostrar que son los más valientes de cuantos hayan alrededor empieza a suceder todo tan rápido y contándolo de una forma tan brillante que ni siquiera puedes pararte a pensar o a intentar adivinar qué sucederá después.
El final lo borda dejándote en ascuas sin que ocurra nada importante cuando estabas esperando que ocurriera algo —malo, de nuevo—; y, en cambio, sorprendiéndote cuando ya no esperas que ocurra nada porque ya está terminándose el relato, culminando la historia de la forma más sorprendente posible.
Éste sí es un relato idóneo para la noche de Halloween.
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