Reseña: El hombre que arreglaba las bicicletas, de Ángel Gil Cheza
29-II-2016

El hombre que arreglaba las bicicletas, de Ángel Gil Cheza
Páginas: 256 ISBN: 9788466328692
Comprar: papel ebook Editorial: Punto de lectura ficha del libro
Sinopsis
Hay novelas que no se pueden contar, ni tan solo describir; porque sería como explicar un beso antes de darlo. El testamento de un escritor de novela negra empuja a su viuda, a su hija y a una antigua novia irlandesa a la que abandonó años atrás sin explicación alguna a convivir un verano en su casa de la playa junto a un taller de bicicletas en la costa mediterránea. Ángel Gil Cheza consigue contagiarnos su particular modo de ver el mundo; un lugar en el que se escucha cada palabra, se atiende a cada gesto, y donde cada momento que compartimos con alguien cuenta. El hombre que arreglaba las bicicletas es un verano en algún lugar de nuestro imaginario.
Opinión
La historia engancha desde el principio. Artur Font, fallecido, deja en el testamento que se debe de encontrar a una tal Enda Berger, irlandesa: una novia que tuvo hace dieciséis años. Aparte de su mujer e hija, es la otra persona beneficiaria de esa herencia; como no puede aportar más datos sobre su localización le deja tres meses de plazo a su abogado para que la encuentre, y de no ser así, entonces el testamento sería íntegro para su familia.
El inicio me ha parecido bastante curioso: el abogado, Joaquim Ortells, opta por enviar una carta a cualquier Enda Berger que aparece en Irlanda; en esa carta les pone el nombre del difunto y les dice que si le suena de algo ese nombre se pongan en contacto con él. Tras esto se cuenta la reacción que tienen al recibir la carta unas cuantas de las personas llamadas Enda que no son las que busca, hasta que la carta llega a la Enda que sí conoce a Artur.
Aunque lo mejor empieza, como es de suponer, cuando el trío de chicas se unen en un escenario común. Y la mujer descubre cómo se llama la exnovia de su marido. Y todo lo que va ocurriendo después.
Características
La historia empieza in medias res ya habiendo muerto Artur Font: en nexo de unión entre el resto de personajes. De ahí en adelante surgen dos historias: una en orden lineal en el presente de la narración —año 2008— y otra que, mediante retrospecciones, va contando lo que ocurrió en el verano de 1992 y que hace posible que todos esos personajes se hayan encontrado en el presente; estas analepsis vienen separadas de la historia principal en capítulos aparte. Ambas historias tienen un narrador omnisciente, que es especialmente participativo y a veces incluso puede dar la sensación de que es otro de los personajes de la historia; en una ocasión incluso utiliza el género masculino para referirse a sí mismo. El libro consta de 40 capítulos y todos ellos son bastante breves.
Personajes
Artur Font es el personaje sin el cual todos los demás personajes no podrían existir, pero a la vez, y como indica la sinopsis, la historia comienza con él ya muerto. Todo lo demás que se va conociendo sobre él es a través de las opiniones y pensamientos de sus vecinos, familiares y amigos.
De la irlandesa Enda Berger quizá no se sabe demasiado, pero me ha sido imposible no cogerle cierto cariño al personaje. Enamorarte de un tipo con el que estás viviendo y que de la noche a la mañana desaparece de casa con todas sus cosas, sin dar explicaciones, sin saber dónde ha ido… y que de repente, dieciséis años después, a través de un abogado sepas que esa persona ha muerto y que tienes que viajar de nuevo al país del que te fuiste para encontrarte con la familia de esa persona y tener que recordar de nuevo un montón de cosas que te hicieron daño y encontrarte con la que podría haber sido tu vida y jamás lo será. Quizá es que sea demasiado empático yo, pero true love for Miss Berger.
Con Noelia Fabregat, sin embargo, siento en la mayoría de ocasiones justo lo opuesto. Ella es la viuda de Artur, y entiendo su papel, al ataque y sacando las uñas, ante una exnovia de su marido a la que de repente conoce porque su nombre figura en el testamento; y me encanta cuando a veces, durante la historia, abandona esa pose de guerrera e intenta empatizar con la señorita Berger, que además se desvive por caer bien, y que la pobre es todo amor… En fin, que me cae relativamente bien, pero que el personaje de la irlandesa me tiene ganado por completo.
Y por último, la hija: la señorita Efe; es uno de los nombres que se usan durante la historia, pero no el nombre de pila de la chica, el cual prefiero que siga siendo sorpresa. Me encanta el papel que desempeña el personaje, y además también siente amor a primera vista por la irlandesa, por lo que me tiene ganado. Durante la historia da algún que otro disgusto a su madre, pero se le perdona fácil porque es el personaje mediante el cual el autor ha hecho más vueltas de tuerca; y a mí esa sensación de que todo discurra hacia un punto y que de repente nada sea como habías imaginado me fascina.
Pros y contras
Si he de destacar un pro por encima del resto, sin duda, me quedo con las numerosas vueltas de tuerca que tiene el argumento. Casi todas protagonizadas por Enda Font, que se encarga en buena parte de que nada transcurra del modo en que parecía que iba a transcurrir. Aunque no es el único personaje mediante el cual el autor nos trae una de esas sorpresitas.
Un contra, para mí al menos importante, es la forma en la que el autor tiene de ir hacia atrás en el tiempo. Como dije: estas retrospecciones están separadas de la historia principal por capítulos exclusivos, pero a priori no siguen ningún orden, puede que si estás en el presente el próximo capítulo también siga en el presente… o puede que no. Y si en las primeras líneas te nombra algo referente al año puedes darte cuenta rápido de que se trata de un flashback, pero si no, como en la mayoría de casos los personajes son los mismos pero tiempo atrás, no te enteras de si estás leyendo algo del presente o del pasado hasta que no llevas unas líneas y por descarte sabes que lo que lees no tiene cabida en uno de los dos espacios temporales. Y eso me ha descolocado a veces un poco, porque me ha sacado de la historia para pararme a pensar en qué año estamos —en la historia, claro.
Cita
Por último, quiero rescatar un pedacito del libro en forma de cita, que me ha gustado mucho y quiero compartir aquí.
Esa gente le quería porque podían contar con él, explicarle sus problemas… porque era de esos hombres que sufren cuando lo hace un amigo, que se preocupan por ayudar a los suyos, y no huyen como una maldita cucaracha cuando la desgracia se ceba con sus vecinos sino que les buscan en el lodo, se meten hasta la cintura y tiran de ellos. Porque hombres así hay muy pocos y aquí han tenido la suerte de tener a uno, y por eso nunca le olvidarán.
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Es un argumento curioso, desde luego… 😛
Sí, es diferente. El principio engancha mucho, y tiene pinta de que es la especialidad de este hombre: crear comienzos que te enganchan de tal manera que no puedas dejar el libro.