Reseña: El arca de Schindler, de Thomas Keneally
4-X-2015

El arca de Schindler, de Thomas Keneally
Páginas: 594 Editorial: Edhasa ISBN: 9788435007313
Sinopsis
Oskar Schindler era alto y rubio, alemán y católico; aunque estuviera casado, sus amantes se disputaban el privilegio de dedicarle una noche de diversión mientras el dinero corría por sus manos generosas. Sin querer ser un santo ni un héroe, este hombre fue capaz de resolver a su manera la «cuestión judía» construyendo en Cracovia un campo de concentración que era a la vez una fábrica. Tras los muros de este campo albergó a miles de judíos, que encontraron así su salvación. En Jerusalén, en la avenida de los Hombres Justos, hay un árbol que recuerda la emotiva historia de Oskar Schindler, que Thomas Keneally ha novelado con un respeto absoluto por los hechos históricos y la maestría indiscutible de un gran narrador.
Una apasionante novela que revela la vida de un místico personaje .
Opinión
Que no es un libro agradable de leer está de sobra decirlo; es un libro duro, aunque me resultó menos duro que su adaptación cinematográfica —excelente adaptación, dicho sea de paso—, aunque sólo sea porque me es difícil imaginar tantas atrocidades y tropelías basadas en hechos reales… y viéndolas en imágenes, aparte de cruel, da verdadero escalofrío.
Un libro en el que se muestra lo peor y lo mejor del ser humano; capaz de los actos más violentos imaginables —y muchos otros inimaginables—, pero también capaz de que entre tanta mente radical y falta de cordura destaquen determinadas personas dispuestas a obrar correctamente aunque se jueguen su propia vida en el camino y, por qué no decirlo, pese a todo con más posibilidades de fracaso que de éxito en su empeño.
El libro está tremendamente bien escrito; consigue hacerte empatizar con Oskar Schindler desde prácticamente el primer momento en que se le presenta en la historia; no en vano está escrito basándose, en su mayoría, en los informes proporcionados por sus protegidos —los llamados schindlerjuden—, por lo que pese a tratarse de un libro basado en hechos reales, entiendo que a una persona así se le tenga tal respeto que se consiga minimizar sus errores y ensalzar sus aciertos, casi consiguiendo que los lectores, tras conocer su historia, puedan incluso a llegar a estimarlo como si se tratara de una deidad.
Leyendo este libro estás dispuesto a pasar más malos momentos que buenos, pero creo que pese a todo merece la pena ser leído por lo que aporta, tanto bueno como malo; es parte de nuestra historia, y conviene ser leída y conocida, principalmente para que evitar que sea repetida… aunque último quizá sea algo utópico.
Es un libro repleto de malos momentos, pero también algunos muy buenos; provocados, en su mayoría, por Oskar Schindler. En él se encuentran multitud de frases, reflexiones y pensamientos a destacar; pero sobre todo me gustaría quedarme con un fragmento del libro, que refleja fielmente la forma de ser y de ver aquel conflicto que tenía nuestro protagonista.
Oskar cumplía treinta y siete años, y acababa de abrir una botella de coñac. Sobre su escritorio había un telegrama de una planta de montaje de armamentos situada cerca de Brno. Decía que las granadas antitanques de Oskar estaban tan mal hechas que no soportaban uno solo de los controles de calidad. Estaban mal calibradas, y estallaban durante los ensayos porque no habían sido templadas a la temperatura adecuada. Oskar parecía extasiado con el telegrama. Lo empujó hacia Stern y Pemper para que lo leyeran. Pemper recuerda que dijo una de sus extravagancias:
—Es el mejor regalo de cumpleaños que podía haber recibido. Ahora sé que mis productos no pueden matar a ningún pobre infortunado.
Oskar tenía la única fábrica no rentable de la Alemania nazi, y encima era apropósito; a las SS no les cuadraba cómo podía ser eso, que con tantos prisioneros judíos no fuera capaz ni uno de ellos de hacer algo bien. Y era, simplemente, porque mientras estuvieran allí, por mal que pudieran estar, estarían mejor que en cualquier otro sitio; y porque si todo lo que esa empresa desarrollaba era inútil, aunque ello conllevara pérdidas millonarias, sería una forma de contribuir al fracaso de los propósitos nazis.
Maravillosa historia.
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Madre mía,¡qué historia! Me ha entrado muchas ganas de leerlo (otro libro añadido a mis listas de lecturas pendientes xD).
Me interesa todo lo que tiene que ver con la Segunda Guerra Mundial y me asombra que en medio de tanta locura y tanta inhumanidad, un hombre como ese se enfrentara a todo para salvar las máximas vidas posibles.
¡Excelente reseña!
Éste, a mi parecer, es un libro de los que marcan. Es imposible olvidar cuando al final le dice a Stern que se siente mal pero no por los que ha salvado sino por los que no ha podido salvar. Y le dice Stern: «Quien salva una sola vida, salva al mundo entero». Se ponen los pelos de punta. Mi misantropía se debilita cuando veo cosas como ésta; el ser humano es capaz de lo peor pero también de lo mejor. <3
Muchas gracias, Isabel. Me alegro de que te haya gustado. 😀