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Cuestión de prioridades

1-IV-2013

En esta vida, al final, todo es una cuestión de pri­or­i­dades. Se puede pri­orizar para bien o para mal; acer­tada­mente o no, pero siem­pre se pri­or­iza. Y Google, cómo no, no iba a ser menos.

Hoy, día 1 de abril, se cel­e­bra en un mon­tón de país­es —España no es uno de ellos— el April Fools Day; lo que aquí se conoce como el día de los san­tos inocentes, sólo que aquí lo cel­e­bramos en otra fecha dis­tin­ta. Pues bien, al igual que se hace aquí, los medios de comu­ni­cación, las empre­sas, y nor­mal­mente cualquier ente con deter­mi­na­da rel­e­van­cia, lan­za a la red sus bro­mas. Ya más como un reto per­son­al, para sor­pren­der, que para esper­ar que en real­i­dad alguien vaya a picar. Estos días todos esta­mos aten­tos para no hac­er caso de cosas que puedan resul­tar inverosímiles y es difí­cil.

Mapa del tesoro de Google

Pues bien, parece que en Google este año han tenido demasi­a­do tra­ba­jo para cel­e­brar a lo grande este día. Tan­to que no me extraña que otras áreas de la empre­sa se que­den mucho más des­cuidadas, ya que para tan­to inge­nio y cre­ativi­dad habrán nece­si­ta­do muchos recur­sos. La ima­gen que veis arri­ba cor­re­sponde a una per­son­al­ización de la capa de Google Maps que trans­for­ma todo el mun­do en un mapa del tesoro; podéis acced­er des­de el enlace pero no sé cuán­to tiem­po durará el acce­so, así que por eso real­icé la cap­tura de pan­talla.

Pero no se han con­for­ma­do con eso, tam­bién han anun­ci­a­do el cierre de YouTube; cre­an­do un vídeo para hac­er­lo más creíble en el que comu­ni­can que bus­carán el mejor vídeo de todos los que se han subido durante estos años. Como si hubiese sido todo una especie de con­cur­so. Y en el plan que están, de cer­rar las úni­cas cosas bue­nas que tienen, ésta me parece la más verosímil de todas las bro­mas.

Y tam­bién han pre­sen­ta­do un redis­eño de Gmail, com­ple­ta­mente en azul. Del que, como no, tam­bién han hecho un vídeo. Y Google Nose: una pari­da para los telé­fonos móviles con la que podrás saber a qué hue­len todas las cosas. Y claro, tam­bién han ded­i­ca­do tiem­po en hac­er otro vídeo para ilus­trar tal sandez.

Vis­to lo vis­to, no sé si a lo largo del día sal­drán más bro­mas, ni siquiera pien­so actu­alizar este artícu­lo para ir ponién­dolas en caso de que sal­gan, porque no sé sí cono­cerá esta gente el dicho ese de que lo poco gus­ta pero lo mucho cansa. Que esta inver­sión desme­di­da de tiem­po lo haga quien tiene una empre­sa en la que todo fun­ciona a la per­fec­ción, que no tiene áreas des­cuidadas y, sobre todo, que tiene a los clientes con­tentos, gus­ta; que lo haga una empre­sa que pasa olímpi­ca­mente de los clientes, que no hace ni caso a las recla­ma­ciones que pones por telé­fono cuan­do el ser­vi­cio no es el esper­a­do, y que van cer­ran­do ser­vi­cios uti­liza­dos sim­ple­mente por su ridícu­la obce­cación en poten­ciar una ¿red social? —para que sea social nece­si­ta gente, dejé­moslo en red— que es arcaica y esta en desu­so des­de la primera sem­ana de vida, no gus­ta.

Deberían apren­der cuán­do es momen­to de hac­er bro­mas y cuán­do no. Porque está genial reírse de uno mis­mo, pero lo que está hacien­do Google, de la for­ma en que lo está hacien­do, no es reírse de uno mis­mo sino reírse de nosotros, sus clientes —o exclientes—, y en nues­tra cara.

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