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Cosas de sentimientos

7-VI-2007

Hace días me pasaron esta his­to­ria y la ver­dad es que me gustó mucho; pese a que es algo larga, lle­va una bue­na ver­dad tras ella…

Cuen­tan que una vez se reunieron en un lugar de la tier­ra todos los sen­timien­tos y cual­i­dades de los hom­bres. Cuan­do EL ABURRIMIENTO había bosteza­do por ter­cera vez, LA LOCURA, como siem­pre tan loca, les pro­pu­so:

- ¿Jug­amos al escon­dite?

LA INTRIGA levan­to la ceja intri­ga­da, y LA CURIOSIDAD, sin poder

con­tenerse pre­gun­tó…

- ¿Al escon­dite? ¿Y cómo se jue­ga a eso?

- Es un juego -expli­co LA LOCURA -, en que yo me tapo la cara y comien­zo a con­tar des­de uno has­ta un mil­lón mien­tras ust­edes se escon­den, y cuan­do yo haya ter­mi­na­do de con­tar, al primero de ust­edes que encuen­tre ocu­para mi lugar para con­tin­uar el juego.

EL ENTUSIASMO bailó secun­da­do por LA EUFORIA; LA ALEGRIA dio tan­tos saltos que ter­mi­no por con­vencer a LA DUDA, e inclu­so a LA APATIA, a la que nun­ca interesa­ba nada. Pero no todos quisieron par­tic­i­par, LA VERDAD pre­fir­ió no escon­der­se. ¿Para qué? si al final siem­pre la encon­tra­ban, y LA SOBERBIA opinó que era un juego muy ton­to (en el fon­do lo que le molesta­ba era que la idea no hubiese sido de ella) y LA COBARDIA pre­fir­ió no arries­garse…

Uno, dos, tres. -comen­zó a con­tar LA LOCURA-

La primera en escon­der­se fue LA PEREZA, que como siem­pre se dejo caer tras la primera piedra del camino; LA FE subió al cielo y LA ENVIDIA se escondió tras la som­bra del TRIUNFO que con su pro­pio esfuer­zo había logra­do subir a la copa del árbol mas alto. LA GENEROSIDAD casi no alcan­z­a­ba a escon­der­se, cada sitio que hal­la­ba le parecía mar­avil­loso para alguno de sus ami­gos, que si un lago cristal­i­no, Ide­al para LA BELLEZA, que si la rendi­ja de un árbol, per­fec­to para LA TIMIDEZ, que si el vue­lo de una ráfa­ga de vien­to, mag­nifi­co para LA LIBERTAD. Así ter­minó por ocul­tarse en un ray­i­to de sol. EL EGOÍSMO en cam­bio encon­tró un sitio muy bueno des­de el prin­ci­pio, ven­ti­la­do, cómo­do… pero sólo para él. LA MENTIRA se escondió en el fon­do de los océanos (men­ti­ra, en real­i­dad se escondió detrás del arco iris), LA PASIÓN y EL DESEO en el cen­tro de los vol­canes. EL OLVIDO… a él se le olvidó dónde se escondió… pero eso no es lo impor­tante… Cuan­do LA LOCURA con­ta­ba 999999, EL AMOR aún no había encon­tra­do sitio para escon­der­se, pues todo se encon­tra­ba

ocu­pa­do… has­ta que divi­so un ros­al y enterneci­do decidió escon­der­se entre sus flo­res.

- Un mil­lón – con­tó LA LOCURA y comen­zó a bus­car.

La primera en apare­cer fue LA PEREZA solo a tres pasos de una piedra; después se escuchó a LA FE dis­cutien­do con Dios en el cielo sobre zoología y LA PASIÓN y EL DESEO los sin­tió en el vibrar de los vol­canes. En un des­cui­do encon­tró a LA ENVIDIA, y claro, pudo deducir donde esta­ba EL TRIUNFO. EL EGOÍSMO no tuvo ni que bus­car­lo, el solo salio dis­para­do de su escon­dite, había resul­ta­do ser un nido de avis­pas. De tan­to cam­i­nar sin­tió sed y al acer­carse al lago des­cubrió a LA BELLEZA y con LA DUDA resultó más fácil todavía, pues la encon­tró sen­ta­da sobre una cer­ca sin decidir aún de qué lado escon­der­se. Así fue encon­tran­do a todos, EL TALENTO entre la hier­ba fres­ca, a LA ANGUSTIA en una oscu­ra cue­va, a LA MENTIRA detrás del arco iris (men­ti­ra, si ella esta­ba en el
fon­do del océano…) y has­ta EL OLVIDO… que ya se le había olvi­da­do que esta­ban jugan­do al escon­dite, pero sólo EL AMOR no aparecía por
ningún sitio, LA LOCURA buscó detrás de cada árbol bajo, cada arroyo del plan­e­ta, en la cima de las mon­tanas y cuan­do esta­ba por darse por ven­ci­da divisó un ros­al y las rosas… Y tomo una horquil­la y comen­zó a mover las ramas, cuan­do de pron­to un doloroso gri­to se escuchó. Las espinas habían heri­do en los ojos AL AMOR; LA LOCURA no sabía qué hac­er para dis­cul­parse, lloró, imploró, pidió perdón y has­ta prometió ser su lazaril­lo. Des­de entonces, des­de que por primera vez se jugó al escon­dite en la tier­ra… EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA

Sim­ple­mente me encan­ta. :D

Este rela­to lo escribió orig­i­nal­mente , puedes leer más relatos, tan­to de mi propiedad como de otros autores, en mi sec­ción de relatos.

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1 comentario

  1. Yo tam­bién la adoro, la encon­tré hace años por inter­net y hace poco la llevé al insti­tu­to para unas rep­re­senta­ciones de his­to­rias y poesías y la pro­fe­so­ra de lit­er­atu­ra se emo­cioné y todo jeje­je. Un beso

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