Reseña: Contra el viento del norte, de Daniel Glattauer
18-III-2016

Contra el viento del norte, de Daniel Glattauer
Páginas: 260 ASIN: B00630D9C2
Comprar: papel ebook Editorial: Alfaguara ficha del libro
Sinopsis
En la vida diaria ¿hay lugar más seguro para los deseos secretos que el mundo virtual? Leo Leike recibe mensajes por error de una desconocida llamada Emmi. Como es educado, le contesta y como él la atrae, ella escribe de nuevo. Así, poco a poco, se entabla un diálogo en el que no hay marcha atrás. Parece solo una cuestión de tiempo que se conozcan en persona, pero la idea los altera tan profundamente que prefieren posponer el encuentro. ¿Sobrevivirían las emociones enviadas, recibidas y guardadas un encuentro «real»?
Opinión
Lo mejor de leer a un autor nuevo es que partes, normalmente, sin demasiadas expectativas. Y por poco que consiga su objetivo suele dejarte con buen sabor de boca. Caso excepcional es, como me ha ocurrido con el señor Glattauer en este libro: que aunque hubiera tenido altas expectativas muy probablemente me hubiera sorprendido igual. Me considero un lector bastante lento, sobre todo porque soy muy disperso y a no ser que un libro me enganche un montón —como ha sido el caso— me entretengo con cualquier cosa, empiezo a pensar en otras cosas, y se me ocurren otras cosas que tendría que estar haciendo en vez de leer. Y cuento todo esto porque pese a lo lento y disperso que suelo ser, este libro cayó en sólo un día: algo no muy habitual en mí.
El libro no tiene narración: es una sucesión de correos electrónicos, por lo que es muy ágil y es muy fácil cogerle el hilo. Son correos electrónicos, normalmente, escritos de forma impulsiva, así que me asustó un poco el hecho de que se pudiera convertir en algo como El diario de Bridget Jones: escrito de cualquier manera para tratar de demostrar, erróneamente, la informalidad del diario personal. Pero Glattauer ha sido más listo, y para no caer en esa tentación, desde el principio otorgó una personalidad muy fuerte y marcada a ambos personajes, por lo que desde el primer intercambio de correos se deduce una especie de juego rebelde en el que ambos van lanzándose pullas y tratando de ver quién gana dialécticamente al otro en una suerte de batalla no pactada, que poco a poco, con el paso del tiempo y el intercambio de correos, pasa de simplemente deducirse a convertirse en algo palpable.
Es una novela romántica, y tiene momentos un poquito ñoños, pero ese juego rebelde al que hago mención la alejan un poco del romanticismo al uso que que tendemos a imaginar en estos casos; como no hay un diálogo como tal, y lo que suele caracterizar al correo electrónico es su falta de inmediatez —al contrario que un chat, por ejemplo— en un mismo correo puedes encontrarte algo ñoño, combinado con una pulla, un reproche por algo mencionado en un correo anterior, y muy frecuentemente algunas salidas cómicas que al menos a mí me han hecho bastante gracia cuando estaba leyéndolas.
En la historia ninguno de los dos busca a nadie, por motivos diferentes en cada caso, pero una vez que por casualidad se encuentran es tremendamente complicado para ambos olvidarse el uno del otro. Y eso, para mí que soy un gran ñoño, pues me encanta. Glattauer ha puesto mi vida en juego haciéndome ir leyendo por la calle, con la de obstáculos y coches que hay.
Características
La historia se desarrolla de forma epistolar 2.0 (correo electrónico); carece de narración: previo al cuerpo del mensaje sólo hay, como información complementaria, el tiempo que ha pasado desde el correo electrónico anterior y el asunto que a éste le hayan puesto. No hay caracterización física de los personajes: parte del juego consiste en imaginarse cómo son cada uno físicamente; sus respectivas personalidades no están caracterizadas, pero pueden descubrirse fácilmente con el paso de las páginas y la lectura de los diferentes correos electrónicos redactados por cada uno de ellos. El libro tiene un total de 10 capítulos, y ninguno de ellos indica cambio de espacio o tiempo.
Personajes
Hablar de los personajes de este libro no es tarea sencilla porque en realidad más que por como son se les conoce por como piensan y por lo que dicen, entonces cualquier detalle por nimio que parezca se acerca demasiado a la línea que separa una descripción del spoiler, así que haré las presentaciones formales y el resto lo dejo en mano de cada cual para que se anime a leer el libro. Sólo añadir que merecen mucho la pena ser conocidos ambos, y que tienen un curioso sentido del humor, y una forma un tanto extraña de dirigirse entre ellos, que a mí personalmente me ha hecho sonreír en más de una ocasión.
Leo Leike. Vida desestabilizada, viene de una relación que, digamos, no ha ido muy bien. Un día en su correo electrónico aparece un misterioso mensaje, sin duda, enviado a su dirección por error; y para ayudar al remitente le responde indicándole que se ha equivocado al escribir el correo electrónico y que no ha llegado a su destinatario real.
Emmi Rothner. Vida teóricamente perfecta, la envidia de toda la gente que la conoce, pero… siempre hay un pero. Suele equivocarse frecuentemente al escribir una palabra, y es por ello por lo que contacta por error con Leo. Y esa vida perfecta, teóricamente sin carencias, se hace a un lado dejándole paso a Leo y haciendo a Emmi pensar si realmente es tan feliz como lleva creyendo tantos años.
Pros y contras
El mayor pro para mí es el dinamismo que tiene; gracias a la batalla dialéctica que comento, y al juego rebelde, te hace ir pasando de correo en correo para poder seguir leyendo la respuesta; sobre todo, cuando se reprochan algo, o cuando aparecen los celos por algo que uno u otro dice: siempre quieres ver la forma en la que va a reaccionar el otro en el siguiente mensaje, y eso hace que vayas pasando las páginas como si no hubiera mañana.
Y el contra, pues para qué negarlo: ese final. Y mira que en mis relatos me gusta meter finales trágicos, pero cuando te encariñas con algún personaje de un libro que estás leyendo me parece que es más difícil aceptar algo malo de lo que lo es cuando estás creando a ese personaje. Sé que hay segunda parte, y la leeré, aunque con algo de reticencia por temor a que me decepcione en comparación con esta primera parte (estuvimos hablando sobre esto @BettieJander y yo vía Twitter en cuanto terminé de leerlo), pero aún así, señor Glattauer: un poco de compasión con sus lectores, que puede haber alguno enfermo del corazón y cuando se entere le dará un disgusto.
Cita
En esta ocasión quiero quedarme con dos citas que me han parecido muy dignas de destacar. La primera, que habla sobre algo que con más frecuencia de la recomendable todos tendemos a pensar:
Los viejos tiempos no pueden repetirse. Como su nombre indica, son viejos. Los nuevos tiempos nunca pueden ser como los viejos. Cuando lo intentan, parecen viejos y agotados, como quienes los echan de menos. Nunca deberían añorarse los viejos tiempos. El que añora los viejos tiempos es un viejo añorante.
Y esta otra, que me parece un regalo para todos los que amamos escribir:
Escribir es como besar, pero sin labios. Escribir es besar con la mente.
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La de “escribir es como besar” es de mis citas favoritas de todos los tiempos. A mí me encantaban los “mails etílicos”, cuando Leo se sentaba a escribir con una botella de vino al lado. Es que es TAN AUTÉNTICO.
Y ese final es como… PERO QUÉ TE HA HECHO LA VIDA, MALDITO.… (inserte taco malsonante).
La segunda parte… no esperes que esté a la altura de la primera. No es demasiado doloroso, pero claro, pierde frescura. Ya nos contarás 😀
¡Besos!
Sí, molaba mucho Leo olvidándose de su prudencia habitual y dejándose llevar por la pasión de la «compañía». 😛 ¡Y encima ella incitándole a coger una botella de vino! Jajaja. A ver qué tal esa segunda parte; como te dije: me da miedito. Besos, Bettie.