Libros leídos durante 2017
1-I-2018
Voy a récord por año: el año pasado fue el año en que más libros leí hasta ese momento… y este 2017 oficialmente ya puedo decir que es el año en que menos libros he leído desde que llevo apuntándolos por estos lares y llevo la cuenta de cuántos he leído; mi anterior logro fue en 2014 con 18 libros leídos. Y entonces estaba bastante cabreado, pero ahora no. Y el cambio principalmente se debe a que parte del fracaso de 2014 se debió a que pasé gran parte del año mal; éste, en cambio, no ha sido por eso, aunque hubieron momentos malos, pero principalmente fue por falta de tiempo: porque he programado un montón, he aprendido un montón de cosas nuevas y porque he lanzado al mundo el proyecto SargantanaCode, que si no sabéis todavía qué es y no queréis leer el enlace que adjunté resumo que es una página web (por ahora sólo eso) en la que pretendo enseñar lo que sé sobre programación pero también lo que sé sobre informática en general y más concretamente todo lo que tenga que ver con proyectos de código abierto y demás movidas de estas que nos molan a los frikis de la informática. Podéis echarle también un ojo a la web: sargantanacode.es, que no tengo constancia de que haya mordido a nadie. 😛
- Cuentos de Navidad, de Charles Dickens.
- Harry Potter y el cáliz de fuego, de J. K. Rowling.
- El misterioso caso de Styles, de Agatha Christie.
- Todo esto te daré, de Dolores Redondo.
- Apocalipsis, de Stephen King.
- Frankenstein, de Mary Shelley.
- Harry Potter y la Orden del Fénix, de J. K. Rowling.
- Kallocaína, de Karin Boye.
- Introducción a la programación con Python, de Andrés Marzal.
- Los ritos del agua, de Eva García Sáenz de Urturi.
- La princesa de hielo, de Camilla Läckberg.
- Código limpio, de Robert C. Martin.
- El amante japonés, de Isabel Allende.
Enero
Abril
Mayo
Julio
Agosto
Noviembre
Aunque no lo puse por escrito, cuando empecé 2017 (y creo que se nota al ver la lista de lecturas) me propuse leer por primera vez a más mujeres que a hombres. Cuando repasé las estadísticas de libros leídos fui consciente de la gran diferencia entre autores y autoras que había en mis libros leídos (y peor aún) en mis libros por leer; no era consciente de ello, de hecho pensaba que más o menos leería a la par hombres y mujeres. Mi método para elegir un libro, salvo casos excepcionales como Stephen King no se basa en saber quién es su autor sino en si la sinopsis me atrae o si alguien de quien valoro sus recomendaciones me lo recomienda. Y muchas veces ni soy consciente de qué autor escribe el libro, ni siquiera si es novel o ya tiene una basta bibliografía… Como mucho me aseguro de que si es una saga sea el primero o en su defecto ya me haya leído el primero. Por eso me era tan difícil saber (y asimilar) la disparidad entre autores y autoras en mis estadísticas.
En este punto he cumplido con creces, porque si bien mis autores leídos siguen superando considerablemente a mis autoras leídas, este año no ha sido así. De los 13 libros que he leído, 8 fueron escritos por mujeres y 4 de ellos por hombres; justo el doble, y eso teniendo en cuenta que dos de los libros escritos por hombres son libros de no ficción (de programación) y ni siquiera tienen reseña escrita. Y además no ha sido todo la cantidad (que si sólo fuera eso este año iría bien justito) sino que además la calidad ha acompañado a estas lecturas y creo que todos ellos han sido elecciones acertadas. Y eso me gusta más que cualquier número, por mucho que las estadísticas siempre nos gusten… Y hablando de estadísticas, ¡voy con ellas! ¿Os habéis dado cuenta del arte que tengo para relacionar unos temas con otros, verdad? 😛
Según Goodreads (el gran ojo que todo lo ve) este año he superado al año pasado en la media de páginas por libro leído (los de programación fueron dos buenos tochacos y lógicamente de lectura muy densa): 550 páginas frente a las 343 del año pasado; el libro más largo que leí obviamente fue Apocalipsis (Stephen King, 1978), con 1584 páginas de papel de fumar en mi edición y que en otras épocas hubiera sido considerado como arma arrojadiza; en cambio, el más corto fue Kallocaína (Karin Boye, 1940), con 168 páginas en mi edición.
Mentiría si dijera que no me hubiese gustado leer más libros este año, o de acercarme al menos un poco más a mi promedio habitual de 30 al año, pero en muchas ocasiones el poco tiempo libre de que disponía no me apetecía invertirlo en leer… Y la verdad es que para leer sin ganas prefiero no hacerlo.
A ver qué tal se da 2018. Y por supuesto, si puede ser leyendo más mujeres que hombres para equilibrar mis estadísticas mucho mejor. Y si encima tienen la calidad que han tenido mis elecciones de este 2017 entonces ya será la bomba.